El G-20 pretende dar una dimensión social a su acción frente a la crisis

  • El G-20, confrontado a la persistencia e incluso a un agravamiento de la fragilidad del mercado laboral global a causa de la crisis, trató hoy de enviar un mensaje de confianza a las opiniones públicas al anunciar una serie de compromisos para colocar la dimensión social en su agenda.

París, 27 sep.- El G-20, confrontado a la persistencia e incluso a un agravamiento de la fragilidad del mercado laboral global a causa de la crisis, trató hoy de enviar un mensaje de confianza a las opiniones públicas al anunciar una serie de compromisos para colocar la dimensión social en su agenda.

Los ministros de Trabajo de los países miembros, al término de dos días de reunión en París, acordaron "hacer del empleo una prioridad en materia de política macroeconómica", lo que según la presidencia francesa del G-20 "es un mensaje fuerte en dirección de los mercados", pero sobre todo de los ciudadanos.

Un paso más importante porque, como advirtió el titular francés de Trabajo, Xavier Bertrand, en conferencia de prensa al término del encuentro, "no hemos dejado atrás los tiempos difíciles".

En la mente de todos estaba las sombrías perspectivas que la víspera habían divulgado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que temen que la persistencia de la actual ralentización económica duplique de aquí a 2015, hasta 40 millones, el número de parados causados por la crisis en el G-20.

Unas perspectivas que pesan en particular sobre un país castigado por el paro como España, cuyo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, se esforzó en destacar hoy que se encuentra al "final del periodo de pérdida de empleo", pero admitiendo a continuación que "no llegará la fase de recuperación" mientras no se estabilice la economía.

Bertrand quiso ver el vaso medio lleno y aseguró que "a partir de hoy se abre una nueva etapa" porque los miembros del G-20 "se han comprometido a establecer suelos de protección social adaptados a sus condiciones" y a la adopción de las ocho convenciones básicas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de reglas laborales.

En la misma línea, esos Estados apostaron por una mayor coordinación de las organizaciones internacionales, y en particular por consultar de forma "más sistemática" a la OIT para que se respeten las normas laborales mínimas a escala internacional.

Un punto con el que la presidencia francesa espera una cierta supervisión de los acuerdos de libre intercambio de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para evitar lo que algunos consideran una competencia desleal en el campo laboral de países con sueldos muy bajos, o sin derechos laborales efectivos.

"En el G-20 no tenemos la misma visión de la globalización, ni los mismos intereses", pero pese a todo se han establecido compromisos, lo que "es una prueba de que progresamos en la regulación social de la globalización", se felicitó el ministro francés.

Unos compromisos que deberían tener alguna concreción durante la cumbre que la organización celebrará los próximos 3 y 4 de noviembre en Cannes.

Bertrand también se jactó de que está siendo durante la presidencia francesa cuando por primera vez se asocia a los trabajos del G-20 tanto a los sindicatos como a la patronal, que celebrarán sendas reuniones de alto nivel en vísperas de la cumbre de Cannes, y cuya implicación resulta clave para que las convenciones de la OIT se cumplan en la práctica.

En su texto de conclusiones, los ministros indicaron que "las reformas estructurales deben ir asociadas a políticas activas del mercado de trabajo y a instituciones laborales eficaces que inciten a incrementar el empleo formal y de calidad".

También pusieron el acento en la conveniencia de "una coherencia mayor de nuestras políticas del mercado de trabajo con otras políticas públicas" y así por ejemplo, recomendaron asociar los subsidios del desempleo u otros dispositivos de protección social "con medidas que permitan el retorno al empleo lo más rápidamente posible".

Para combatir el paro juvenil, consideraron que los sistemas de formación en alternancia -en la escuela y en la empresa- "son particularmente eficaces", y decidieron constituir un grupo de trabajo que presentará sus conclusiones durante la presidencia mexicana del G-20 en 2012.

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