Pekín, 10 mar.- El pleno del Legislativo chino aprobó hoy la eliminación del Ministerio de Ferrocarriles, envuelto en una serie de escándalos de corrupción y sobornos, dentro de un amplio plan de reestructuración gubernamental encaminado a la reducción del gasto.
La iniciativa fue presentada por el Consejo de Estado (el Ejecutivo chino) y aprobada hoy por el pleno de la Asamblea Nacional Popular (ANP), que se reúne estos días en Pekín y de la que saldrán nombrados los líderes del próximo decenio.
Una corporación, dependiente del Ministerio de Transportes, gestionará y comercializará el servicio de ferrocarriles, apuntó el Consejero de Estado, Ma Kai.
El Gobierno de la potencia asiática ya había anticipado que abriría el sector a la inversión privada en una escala sin precedentes, lo que, según el profesor de la Academia china de Gobernanza Wang Yukai, "aumentará su competitividad y reducirá sus costes operacionales".
"El cambio será beneficioso para la población", aseguró Wang, citado hoy por la agencia oficial Xinhua.
Según el plan, el Gobierno continuará apoyando la construcción de líneas de ferrocarril y acelerará las reformas del sector en la inversión y financiación, además de establecer un sistema subsidiario de transporte.
La desaparición del Ministerio se barajaba desde hace tiempo, tras los graves escándalos en los que ha estado inmerso en los últimos años.
Entre ellos, las grandes deudas derivadas de la financiación de nuevas líneas de alta velocidad y numerosas acusaciones de derroche y fraude, cuyo colofón fue la destitución en febrero de 2011 de su entonces ministro, Liu Zhijun.
El ex ministro fue acusado de corrupción y expulsado del Partido Comunista chino (PCCh) por desviar, supuestamente, un 4 por ciento de las cantidades correspondientes al conjunto de contratos que firmaba.
Liu, responsable de gestionar la gigantesca red de ferrocarriles chinos desde 2003, está aún pendiente de comparecer ante la Justicia.
Su sucesor, Sheng Guangzu, aseguró hoy a la prensa local que "no se siente decepcionado" por la decisión, y que el desmantelamiento del Ministerio "no afectará a la inversión en el sector".
Las deudas, informó, serán divididas de acuerdo a si son públicas o comerciales, dijo el aún ministro, que no reveló cuál será su posición a partir de ahora.
La iniciativa forma parte de un paquete de medidas, entre ellas la fusión del Ministerio de Salud y la Comisión de Planificación Familiar en una nueva Comisión Nacional para la Salud y la Familia, destinadas a reducir gastos y evitar duplicidades de gestiones.
"Incorporar la población, el bienestar y la gestión de la salud en un solo órgano aumentará la eficiencia y facilitará las funciones administrativas", declaró Hu Yonghua, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Pekín.
"Tras la integración, China todavía necesita mantener su política de planificación familiar, pero lo más importante es que mejore la calidad de vida de su población", agregó Hu.
De este modo, el número de ministerios se reduce de 27 a 25, mientras varios departamentos y agencias quedarán reestructurados.
"Algunos departamentos tienen un poder mayor que el necesario", aseguró Ma.
"El Gobierno central se enfrenta al problema de la duplicación de funciones, el solapamiento de gestiones, la baja eficiencia y la burocracia", destacó.
En el sentido contrario, el estatus de la actual Administración estatal para Comida y la Droga será elevado de categoría, con el objetivo primordial de mejorar la seguridad alimenticia, un gran problema en el país asiático.
La Comisión de Administración de Océanos, cuya gestión se dividen actualmente varios ministerios, pasará a unas únicas manos, que aún no se especificaron, del mismo modo que la Administración Nacional de Energía.
Además, los reguladores de prensa, radio, cine y televisión, hasta ahora órganos independientes, serán fusionados en una única comisión.
El primer ministro saliente, Wen Jiabao, ya advirtió el martes en su discurso de despedida de las "dificultades y problemas" que algunos departamentos del gobierno experimentan, entre ellos la corrupción, e instó a los nuevos líderes a construir un gobierno "bien estructurado, limpio y eficiente".
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