El jefe del Estado portugués alerta del alejamiento ciudadano de la política

  • El presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, advirtió hoy con motivo del 40 aniversario de la Revolución de los Claveles del cada vez mayor foso que separa a los partidos políticos de la ciudadanía, y lo consideró un riesgo para el funcionamiento del sistema democrático.

Lisboa, 25 abr.- El presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, advirtió hoy con motivo del 40 aniversario de la Revolución de los Claveles del cada vez mayor foso que separa a los partidos políticos de la ciudadanía, y lo consideró un riesgo para el funcionamiento del sistema democrático.

El discurso de Cavaco Silva en el Parlamento, donde se celebró la ceremonia oficial de conmemoración del golpe militar que acabó con casi medio siglo de dictadura, tuvo un marcado tono de reprimenda a las fuerzas políticas y apenas recibió los aplausos de las fuerzas que conforman el Gobierno.

Los representantes de la oposición de izquierdas atendieron en silencio al jefe del Estado y criticaron posteriormente su intervención, en declaraciones a los periodistas, por considerarlo muy próximo a las tesis defendidas por el ejecutivo conservador.

"Es difícil entender que en una democracia consolidada agentes políticos responsables no logren consensos sobre cuestiones esenciales para nuestro futuro colectivo", censuró Cavaco Silva, principal defensor de un acuerdo entre los principales partidos lusos sobre la estrategia a seguir en los próximos años.

En opinión del presidente luso -quien fue en el pasado líder del hoy gobernante Partido Social Demócrata, de centro derecha-, las fuerzas parlamentarias "deben comprender que la insatisfacción y el desinterés de los ciudadanos acabará por afectar su actividad".

Aunque "la democracia no corre peligro", Cavaco Silva insistió en que 40 años después del 25 de abril es el momento de que "los partidos se replanteen y asuman su responsabilidad en la construcción del futuro de Portugal".

Cavaco Silva lamentó la "demagogia", el "populismo" así como los "insultos y la difamación" que salpican el debate político e instó a los medios de comunicación a no sacrificar el rigor por el sensacionalismo.

"En la vida pública de nuestro país, ocurre con preocupante frecuencia que el rigor y la seriedad en la convivencia democrática son sustituidos por la difamación y la superficialidad, una tendencia que en caso de persistir alejará progresivamente a los ciudadanos de la política", alertó.

El jefe del Estado insistió en dejar atrás "las políticas de corto plazo" y volvió a reclamar un mayor consenso para cumplir con unos ideales que "siguen vivos".

El 25 de abril "no fue hecho para dividir, sino para unir a los portugueses en torno a un designio común, sin perjuicio de divergencia de opiniones", expresó Cavaco Silva.

"Tenemos enormes desafíos que afrontar (...) Nuestro combate no es menor que el que ocurrió el 25 de abril, sólo construiremos un país más justo con el esfuerzo colectivo", insistió.

La baja natalidad, el envejecimiento de la población, la insostenibilidad del sistema de pensiones, el paro de larga duración, así como las disparidades entre las regiones del interior y del litoral fueron algunos de los retos mencionados en el discurso del presidente.

El jefe del Estado repasó las mejoras registradas en los últimos 40 años y ensalzó el levantamiento militar que acabó con el régimen, un golpe que permitió a la postre la llegada de la democracia a Portugal después de casi medio siglo de dictadura.

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