Tras la llegada de Laporta

El 'milagro' económico del Barça: de la quiebra técnica a fichar a Lewandowski

El equipo blaugrana ha vendido el 25% de los derechos televisivos durante los próximos 25 años. Unos activos muy valiosos, pero que apenas representan el 5% (40 millones) de sus ingresos al año. 

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El 'milagro' económico del Barça: de la quiebra técnica a fichar a Lewandowski.
DPA vía Europa Press

"Es un poco raro, un poco loco. El Barcelona es el único club que no tiene dinero pero que compra a todos los jugadores que quiere". Fue la frase pronunciada por Julian Nagelsmann, entrenador del Bayern de Múnich, días después de que el conjunto catalán se hiciera con su estrella, el polaco Robert Lewandowski, por 60 millones de euros. Un sentir que comparten miles de aficionados, incrédulos ante la nueva realidad económica del equipo catalán. Así, hace apenas un año, el recién elegido presidente del Barcelona, Joan Laporta, afirmó que el club tenía un patrimonio neto negativo de 451 millones y un fondo de maniobra negativo de 551 millones. Una situación que en cualquier otra empresa hubiese supuesto una previsible suspensión de pagos o una inminente disolución.

Pero el FC Barcelona es, como aseguran todos los expertos consultados por este periódico, un club que cuenta con unos activos muy valiosos. Unos mismos especialistas que han desmontado los mitos acerca de que el equipo ha hipotecado todos sus ingresos futuros o que se encuentra al borde de la desaparición, como han apuntado desde otros países. Unas críticas que a Laporta parece que no le han importado, desdeñando así la comunicación corporativa del club a costa de la gestión puramente empresarial. Así, ha vendido el 25% de los derechos de televisión (en una primera operación cedió el 10% y en otra el 15%) a la compañía norteamericana Sixth Street durante los próximos 25 años, con el objetivo de conseguir una masa de dinero suficiente (600 millones) hoy con la que acometer fichajes y pagar sueldos. Una 'hipoteca' que apenas representa el 5% de sus ingresos al año (40 millones), aunque también es cierto que podría haberles supuesto 1.000 millones a lo largo de ese cuarto de siglo (sacrifica, por lo tanto, 400 millones a cambio de recibir 600 este verano).

Por lo tanto, si el club catalán fuese una empresa que tiene en su activo 100 pisos -que usa para alquilar y lograr ingresos-, Laporta lo que habría hecho es vender cinco de ellos durante 25 años para tener dinero líquido hoy con el que poder fichar. Una realidad que está lejos de esa quiebra anunciada que interpretan algunos actores dentro del mundo del fútbol, pero que, según las fuentes consultadas, es una práctica que no es sana volver a repetir.

"El Barça es muy potente. No ha tenido problemas más allá de los puntuales y la mala gestión pasada. Aunque el proceso parece sencillo, el contrato y la operación son complejos. Pero, ni mucho menos, han inventado la rueda. Lo que ha hecho Laporta ha sido vender patrimonio para reequilibrar sus cuentas. No es una buena noticia porque te empequeñeces ya que hay una parte de tus ingresos que no cobras pero era la única alternativa que tenían", asegura una de las fuentes.

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Laporta posa con una de sus estrellas fichadas este verano (Raphinha).

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Una operación -la ejecutada por la junta directiva culé- que es muy parecida a la que 'ofreció' el presidente de La Liga, Javier Tebas, a todos los equipos españoles del fútbol profesional. Pero en lugar de ser Sixth Street quien ponía el monto era el private equity CVC. Una oferta que rechazó el Real Madrid, el Athletic de Bilbao, el Real Oviedo... y también el FC Barcelona. La razón de esto último se debió a que Laporta consiguió una operación mucho más ventajosa por la venta de esos mismos activos. Con CVC conseguía 270 millones por el 10% de sus derechos televisivos durante 50 años, mientras que con Sixth Street ha logrado por un ese mismo porcentaje 268 millones durante 25 años.

Una operación -esta última- límite para el club catalán. De hecho, si no llegan a haber aterrizado esos 268 millones por la venta del 10% de los derechos televisivos, el equipo habría registrado pérdidas en su primer ejercicio (que cerró el 30 de junio). Esto último es vital para la propia junta directiva, ya que el FC Barcelona -junto con el Real Madrid, Osasuna y Athletic de Bilbao- son los únicos clubes españoles que no son una sociedad anónima y su directiva, por lo tanto, está obligada a avalar de forma solidaria el 15% de los gastos del presupuesto. Un aval que solo se ejecuta si a lo largo del periodo se han registrado pérdidas. Es decir, Laporta y su camarilla se juegan su propio patrimonio.

Por otro lado, la segunda palanca firmada con Sixth Street -que es el 15% hasta completar el 25%- ya se computa para el nuevo ejercicio. Una segunda operación, también, muy importante ya que permitirá al Barça fichar sin problema todos los jugadores que ahora suenan en el mercado, además de inscribir a sus nuevos fichajes, como Lewandowski o Raphinha, sin necesidad de recurrir -de nuevo y forzado por La Liga- a la regla 1/4 que sufrió el verano pasado (si sobrepasas el límite salarial, por cada cuatro euros de ahorro solo se puede gastar uno). Además, el club siempre puede conseguir ingresos 'extra' vendiendo jugadores o porcentajes de pequeñas empresas que tenga (como, por ejemplo, Barça Studios).

Lo que parece que queda descartado, según afirman las fuentes consultadas, es usar una hipotética 'tercera palanca' con la venta del 49% de BLM (Barça Licensing and Merchandising), que es la compañía encargada de toda la parte comercial del club (banderas, camisetas, juguetes...). "Van a intentar alargar esa venta lo máximo posible porque el precio que les ofrecen va en función de lo que han generado los últimos dos años. El problema es que en los dos últimos ejercicios hemos tenido pandemia. Entonces, el precio que le dan está ajustado a lo último generado y el Barça cree que en los próximos años multiplicará por dos o por tres la facturación y el beneficio que da esta compañía", apuntan.

Un nuevo estadio de 1.500 millones

Por último, y otra de las grandes polémicas que surgió, fue el anuncio del proyecto Espai Barça: la renovación de un superestadio por un coste total aproximado de 1.500 millones. Una operación que funciona paralela al estado financiero del Barça. Así, el club recibe una serie de millones (1.500 en este caso) por una compañía y, a cambio, durante una serie de años (50) el préstamo va contra el ingreso que genere la explotación del estadio. Por lo que si el estadio generase una hipotética cifra de 200 millones de euros al año, 60 irían directos para el prestamista. Una fórmula que también usó el Real Madrid para financiar su nuevo estadio.

El horizonte sonríe a Laporta ya que uno de los problemas que tuvo el Barça durante la pandemia -y que agudizó su situación económica- fue que los ingresos no derivados de la televisión sufrieron mucho. Un escenario que complicó en la liga española, principalmente, a los grandes clubes. Una realidad que ahora se diluye. El presidente del Barça desde que llegó ha sabido jugar bien sus cartas, mostrando su veteranía en el negocio del fútbol. Así, no solo consiguió, nada más llegar, un crédito de 600 millones de Goldman Sachs para refinanciar la deuda pasada, sino que, además, logró clasificar esa deuda de corto plazo a largo plazo (10 años) a un interés del 1,98%.

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