El motor estadounidense cierra un primer semestre de avances generalizados

  • Los grandes fabricantes estadounidenses de automóviles anunciaron hoy mejoras en sus ventas en la primera mitad de año, que ponen las bases para repetir buenos resultados en 2012, alentados en junio por la caída de los precios de la gasolina.

Washington, 3 jul.- Los grandes fabricantes estadounidenses de automóviles anunciaron hoy mejoras en sus ventas en la primera mitad de año, que ponen las bases para repetir buenos resultados en 2012, alentados en junio por la caída de los precios de la gasolina.

El mes de junio fue mejor de lo esperado por los analistas para el primer fabricante mundial del motor, el estadounidense General Motors (GM), que aumentó sus ventas un 15,5 por ciento en Estados Unidos y registró una primera mitad del año un 4,3 por ciento mejor que la de 2011, con 1,31 millones de vehículos comercializados.

El vicepresidente de GM, Kurt McNeil, indicó en un comunicado que la buena marcha de junio se debe "a un mayor crédito disponible, una caída de los precios del combustible y un modesto crecimiento económico", lo que ha animado a los conductores de la primera economía mundial a renovar sus vehículos.

Los precios de la gasolina en EE.UU. han comenzado recientemente a caer de nuevo desde los cuatro dólares a los tres dólares por galón (3,78 litros), lo que ha devuelto el optimismo a los compradores de vehículos de mayor consumo.

La confianza en que los precios de los combustibles sigan a la baja en Estados Unidos hace esperar a los tres grandes de Detroit, la capital del motor estadounidense, que las ventas totales de 2012 cierren con mejora anual y superen los 14 millones de unidades.

Para Ford, la primera mitad del año se cerró con un aumento de las ventas del 6,6 por ciento, incremento similar al de junio en términos interanuales, con lo que el número de vehículos vendidos en Estados Unidos avanzó hasta los 1,14 millones.

En la primera mitad del año, la mejora moderada de las ventas de Ford se vio alentada por el Ford Focus y por el aporte en los últimos meses de la llegada de la nueva versión del Ford Fusion, mientras que en todoterrenos urbanos (SUV) destacaron la marcha del Escape y de la serie F, algo que demuestra la mejora de la demanda de vehículos de gran tamaño en EE.UU.

En junio, Ford vendió un 7 por ciento más que en el mismo mes del año previo hasta alcanzar las 207.759 unidades, mientras que el fabricante intenta reducir la exposición en los resultados globales a la mala marcha económica de Europa, problema que también afecta a GM.

Las ventas de Chrysler, filial de la italiana Fiat, aumentaron un 20 por ciento en junio, su mes récord de ventas desde 2007, mientras que en la primera mitad del año las unidades vendidas en EE.UU. aumentaron un 30 por ciento hasta las 834.068 unidades.

El aumento continuado de Chrysler desde el pasado año está motivado por la buena marcha de sus marcas de todoterrenos Jeep y de Dodge que ha añadido a sus populares vehículos familiares deportivos compactos y de bajo consumo.

En la primera mitad del año 2012, Dodge vendió 261.780 unidades, especialmente del Avenger y el Caravan, mientras que Jeep comercializó 241.547 unidades, aupado por sus dos modelos estrella, el Wrangler y el Grand Cherokee.

La marca Chrysler aumentó su ventas en el primer semestre en un 75 por ciento, hasta las 165.754 unidades, gracias a los fuertes aumentos de los modelos 300 y 200.

En Estados Unidos, Fiat está intentando introducir, hasta ahora con poco éxito, su modelo compacto 500, aunque junio ha sido un buen mes para las ventas de este tipo de vehículo al que los estadounidense no están muy acostumbrados, al doblar sus ventas hasta las 4.004 unidades.

Por su parte, el japonés Toyota, tercer fabricante en volumen de ventas en EE.UU., cerró el primer semestre del año con un aumento de las ventas del 28,7 por ciento hasta los 1,05 millones de unidades vendidas en este país y con un incremento interanual del 60 por ciento en junio.

Estos datos confirman que Toyota se está recuperando con fuerza de los efectos negativos para su cadena de suministro del terremoto del 11 de marzo de 2011 en el noreste de Japón, así como de las inundaciones en sus plantas de Tailandia, aunque su mejora sigue condicionada a la apreciación del yen.

Mostrar comentarios