El PSE pide que la Cámara vasca se oponga en junio a la licencia para Garoña

  • El PSE-EE ha registrado hoy una iniciativa para su debate "urgente" con el fin de que el Parlamento Vasco se pronuncie en junio contra la concesión de una nueva licencia de actividad para la central nuclear de Garoña (Burgos).

Vitoria, 20 may.- El PSE-EE ha registrado hoy una iniciativa para su debate "urgente" con el fin de que el Parlamento Vasco se pronuncie en junio contra la concesión de una nueva licencia de actividad para la central nuclear de Garoña (Burgos).

En un comunicado, el secretario general de los socialistas alaveses, Txarli Prieto, ha propuesto que la Cámara de Vitoria se posicione en este sentido el mes que viene para que su demanda "sea atendida antes de que el Consejo de Seguridad Nuclear y el Gobierno tomen ninguna decisión".

El presidente de Endesa, Borja Prado, anunció ayer que las empresas propietarias de Garoña van a solicitar al Gobierno la licencia de operación para la central burgalesa, parada desde diciembre de 2012, que se encuentra a unos 40 kilómetros de Vitoria y a 60 de Bilbao.

Prieto ha explicado que las razones económicas que motivaron el cierre ya no existen, "debido al cambio en la legislación de los impuestos a los residuos nucleares", lo que permitirá a Nuclenor pagar 153 millones de euros menos que si hubiera mantenido la actividad hace dos años.

En este sentido, ha acusado al Gobierno de Rajoy de "haberse entregado a los intereses de las empresas eléctricas" y ha advertido de que "Garoña es una central obsoleta que fue cerrada por el Gobierno socialista" porque "no es necesaria y no sirve más que para alarmar a los ciudadanos por las dudas de seguridad que plantea".

Por todo ello, Prieto propone que la Cámara vasca inste al Gobierno de España a no autorizar una nueva licencia para la reapertura de estas instalaciones.

Ha recordado que "el conjunto de las instituciones vascas, con especial intensidad las alavesas, y la gran mayoría de los representantes políticos vienen manifestando desde hace años su rechazo a la prolongación de la vida útil de unas instalaciones que forman parte de la primera generación de reactores nucleares, que fueron diseñadas para 30 años, y que ya han estado 40 funcionando".

Por tanto, "esta central ha cumplido con creces la rentabilidad económica diseñada por sus propietarios y ningún informe técnico puede avalar la seguridad de su continuidad", ha indicado.

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