El PSOE asume una recuperación más lenta y se prepara para el 'efecto Feijóo'

La guerra de Ucrania y la tensión adyacente que provocan las medidas económicas tomadas para aislar a Rusia amenazan con una prolongación de la recuperación que se esperaba en España para este mismo semestre y suponen un nuevo motivo de preocupación en el Gobierno y en el PSOE, que teme que el nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, aproveche el impulso que va a recibir de sus 'barones' para hacerse valer con una postura moderada de centro que ofrezca más estabilidad a medio y largo plazo a los ciudadanos.  Nadie en la parte económica del Gobierno esperaba una inflación por encima del 7%, auspiciada por la subida de precio del gas y su efecto rebote en el precio de la luz que pagan las familias y las empresas, con cada vez más voces que alertan de que se trata de un nivel elevado que ha venido para quedarse, al menos, durante todo el año, si no se frena el conflicto en Ucrania o se logra que el coste del gas se desvincule a nivel europeo del recibo de la luz. 

La incertidumbre de la situación económica tras haber cambiado el escenario energético y financiero europeo de la noche a la mañana, coincide en España con la llegada de Alberto Núñez Feijóo al PP y su alternativa real como candidato a las generales de 2023, algo que ha empezado a despertar los primeros síntomas de preocupación en los entornos del PSOE, que ven en el presidente gallego un competidor más estable y con capacidad para atraer el voto del centro con más opciones de éxito que Pablo Casado. Aunque todavía estemos ante un PP quebrado y pendiente de su Congreso de abril para relanzar la figura del nuevo líder, fuentes cercanas a Moncloa temen que desde la oposición se pueda aprovechar la prolongación de la crisis que provoca el conflicto de Ucrania y la subida de los precios en los hogares para atacar a Pedro Sánchez y buscar votos en la postura moderada de derechas que debe orquestar el nuevo presidente del PP.

La desvinculación del coste del gas en el precio de la electricidad se ha  convertido en una obsesión del equipo económico de Sánchez, que negocia a contrarreloj con el sector energético (grandes eléctricas y renovables) y con hasta cuatro comisarios europeos la necesidad de sacar el gas de la inflación, a sabiendas de que la factura de la luz se está duplicando en muchos domicilios españoles a medida que se llega a cumplir un año desde que empezaran a subir los precios, en verano pasado.

Fuentes cercanas al PSOE aseguran que ese efecto se come cualquier logro que se quiera vender sobre el reparto de fondos europeos o la recuperación del PIB, sobre todo con una guerra delante que se prevé más larga de lo esperado y cuya contestación social está siendo muy amplia en la sociedad europea. Sobre a actividad de las grandes empresas pesa además el convencimiento de que el BCE, aunque ha mostrado su apoyo total a la recuperación de la UE ante la crisis ucraniana, sentirá una presión muy fuerte para subir tipos lo antes que pueda si persiste una inflación fuera de cualquier límite, como la que se está dando.

El periplo del PP

Los analistas políticos cercanos al PSOE advierten que, además de ese efecto negativo de la crisis y Ucrania, el Gobierno debe contar a medio plazo con la imagen que ofrecerá Feijóo para "recuperar" el centro derecha frente a Vox y atraer a los desencantados del PSOE, dos partidos que, sobre el papel, tienen un mensaje menos claro que le PP ante los conflictos bélicos internacionales. El hecho de tener una coalición de Gobierno de izquierdas provoca mensajes contradictorios a la hora de fijar postura sobre la guerra a los socialistas, si bien Sánchez cuenta siempre con la baza de unificar todas las acciones con los socios comunitarios, ante la necesidad del momento de presentar una UE más fuerte y unida que nunca para hacer frente a las acciones de Putin.

El PP celebraba este martes su Junta Directiva Nacional para abrir camino a la llegada de Núñez Feijóo como nuevo presidente, a sabiendas de que tampoco va a ser un camino de rosas la recomposición de la formación. En el entorno socialista se está a la espera de que Castilla y León forme gobierno con Vox para cargar las críticas contra la formación, si bien al presidente gallego le quedará siempre la opción de considerar ese hecho como una herencia del pasado. Algo similar a lo que puede ocurrir en el caso de Andalucía, aunque eso ocurra con Feijóo ya aupado a la cúpula del partido. 

Los analistas políticos consultados hacen hincapié en los problemas que va a tener el PP con un candidato a las generales que tendrá que desarrollar todo su trabajo de oposición desde fuera del Congreso y pendiente de lo que ocurra en su feudo gallego, en el que lleva cuatro mayorías absolutas. De la misma manera que los más allegados a Feijóo aseguran que es más realista que Casado y que no le pesará tener que gobernar con Vox donde no haya otra posibilidad real de ejercer el poder, entienden que su gestión será menos estridente, de forma que se pueda llegar a acuerdos de estado en cuestiones tan problemáticas como la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), ahora congelada.