Bilbao, 16 dic.- El nuevo presidente de Euskaltel, Alberto García Erauskin, ha considerado hoy "desproporcionada" y "profundamente injusta" la indemnización que una corte internacional decidió que deben pagar a Orange y cuyo procedimiento continúa en los tribunales.
En una conferencia de prensa en Bilbao para hablar de la evolución de los negocios de Euskaltel, García Erauskin se ha referido al laudo de la Corte Internacional de Arbitraje emitido el 6 de julio de 2010, que obligaba a la operadora vasca a pagar una indemnización a Orange -propiedad de France Telecom y heredera de Amena- de 222 millones de euros por los supuestos daños ocasionados tras la ruptura de relaciones entre ambas empresas a mediados de 2006.
El presidente ejecutivo de Euskaltel ha afirmado que en este asunto "en derecho y en justicia, nos asiste la razón".
García Erauskin ha asegurado que la dirección de Euskaltel cuenta y va a contar tras el desenlace del proceso con el "apoyo completo" de los socios de la compañía y ha considerado que es "mejor destinar 222 millones" a generar empleo y riqueza y no a pagar "una indemnización injustificada, desproporcionada y profundamente injusta".
El responsable de la operadora vasca ha puesto de manifiesto que este litigio es "un hecho aislado y aislable" de la evolución de Euskaltel, que continúa en la senda del crecimiento, y "no influye" en los clientes y el mercado, según se ha congratulado.
Se ha manifestado esperanzado en que la compañía vasca no tenga que pagar finalmente nada, una vez concluya el procedimiento judicial sobre este asunto.
En un auto difundido a principios de este mes, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) denegó la celebración de una vista para escuchar a Orange y Euskaltel, antes de dictar un fallo sobre las alegaciones presentadas en torno a la indemnización citada. El alto tribunal resolverá teniendo en cuenta los escritos de las alegaciones ya presentadas.
El origen del litigio entre las dos empresas comenzó en 2006 cuando Euskaltel y Amena (hoy Orange) rompieron un acuerdo que habían rubricado en 1999 para dar servicio de telefonía en el País Vasco.
Euskaltel decidió entonces convertirse en operador móvil virtual, lo que provocó una lucha comercial entre las dos empresas por unos 450.000 clientes.
La Corte de Arbitraje aceptó los argumentos de Orange y determinó que la empresa vasca debía pagar una indemnización de 222 millones, aunque la francesa había exigido casi 300 millones en compensación por la pérdida de clientes.
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