Foro Mapfre-La Información (II)

Las finanzas sostenibles crean una nueva mentalidad en empresas y particulares

El sector financiero se está formando mucho en cuestión de finanzas sostenibles, pero es necesario que se preparase además para educar al cliente, al inversor minorista y al consumidor.

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La formación es un elemento fundamental para conseguir unas finanzas sostenibles. 
L.I.

La formación es un elemento fundamental para evolucionar hacia unas finanzas sostenibles, como señalaron los expertos participantes en una mesa redonda organizada por La información, que analizó la educación en finanzas sostenibles y las nuevas tecnologías, así como los retos financieros. En el encuentro, celebrado en la EOI (Escuela de Organización Industrial) participaron Ramón Gurriarán, director de posgrado y executive education de EOI; Marta Olavarría, directora académica de programas formativos en Finanzas Sostenibles de IEB; y Ricardo Herradón, origination manager de Twinco Capital.

A la hora de analizar si la formación sobre finanzas sostenibles es suficiente en las empresas, Ramón Gurriarán, de EOI, puntualizó que “hay muchas empresas, de distintos tamaños y diferentes sectores, y la formación y desarrollo es diferente en cada una de ellas; por ejemplo, varía mucho entre una pyme y una gran compañía que cotiza en bolsa”. De cualquier manera, afirmó que “la formación financiera en general en el ámbito empresarial está avanzando, aunque nunca es suficiente; y si la ligamos a la sostenibilidad todavía queda un largo camino por recorrer, sobre todo entre las pymes”. Precisamente, “la forma en que muchas de éstas llegan a la formación financiera es trabajando para las compañías grandes, que les exigen cumplir determinados criterios”.

Ricardo Herradón

Ricardo Herradón, de Twinco Capital, explicó cómo “países financieramente más desarrollados en este ámbito como Estados Unidos tienen unos mercados de capitales más sofisticados que nosotros y eso, en parte, es debido a la educación financiera a nivel corporativo”. En opinión de este experto, en España “llevamos unos años de decalaje en este tema, y si en las grandes empresas no existe esa sofisticación financiera, lógicamente menos en las pymes”. Por otra parte, advirtió que “la sostenibilidad en las finanzas es un tema absolutamente dinámico y, aunque se está creando una regulación, es muy difícil estar al día de todo lo que sucede en relación a ello”.

En este sentido, Marta Olavarría, de IEB, señaló que la regulación sobre el asunto “va avanzando lentamente, pero hay muchas piezas distintas y es necesario trasladarlas a la población”. Además, como señalan desde la Unión Europea, en finanzas sostenibles no sólo se trata de trasladar o traducir la regulación en términos comprensibles para pymes, consumidores e inversores, sino que también tiene que producirse un cambio de mentalidad, y en su consecución la educación financiera juega un papel muy relevante”. Por otra parte, indicó que “el sector financiero se está formando mucho en cuestión de finanzas sostenibles, pero yo le pediría también que se preparase además para educar al cliente, al inversor minorista y al consumidor”.

Ramón Gurriarán

Tsunami regulatorio 

Los expertos analizaron la legislación en materia de finanzas sostenibles. Ramón Gurriarán recordó que “se habla del famoso tsunami regulatorio”, y añadió que éste se enmarca en un “escenario dinámico, que debe irse adaptando a diferentes situaciones, coyunturas y acontecimientos geopolíticos”. Mientras que Marta Olavarría aseguró que “las distintas piezas regulatorias se están consolidando” y situó los antecedentes en el plan de la Unión Europea para hacer una transformación hacia un modelo económico sostenible, que empezó en el año 2018. “Este plan tiene tres objetivos: mover el capital hacia inversión sostenible; integrar y tener en cuenta el riesgo climático y el deterioro medioambiental en la gestión de riesgos y el análisis financiero; y potenciar la transparencia a través de los informes corporativos y el gobierno sostenible”.

Cada uno de estos objetivos conlleva regulaciones y reglamentos de diferentes niveles. Y, en general, la normativa “es amplia y compleja porque mezcla conceptos financieros con otros muy novedosos relacionados con el clima, los escenarios prospectivos, el calentamiento global, los ODS (objetivos de desarrollo sostenible), etc.”. Según Olavarría, aunque las entidades financieras se adaptan a marchas forzadas, están avanzando con cierta inseguridad jurídica porque, paralelamente, se están revisando en profundidad muchos conceptos. “Estos conceptos, además, tendrán que llegar luego de manera clara al consumidor y al inversor minorista, por lo que vuelve a ser muy importante la formación”.

“Estos conceptos tendrán que llegar luego de manera clara al consumidor y al inversor minorista, por lo que vuelve a ser muy importante la formación”

Ricardo Herradón se mostró de acuerdo en que la regulación es muy dinámica y señaló que “las primeras obligaciones para las compañías ya se están materializando: tienen que empezar a realizar ciertas mediciones y analizar nuevos riesgos, y también han de aprender cómo hacerlo”. Y, por ejemplo, no solo deben asegurarse de que no contaminen, sino también de que no lo hagan sus socios o proveedores. “Nosotros incentivamos la financiación sostenible y tratamos de ser una herramienta para analizar, canalizar y mitigar esos riesgos de la cadena de suministro”.

Marta Olavarría

Aplicación de la tecnología 

Aunque las finanzas sostenibles comenzaron con criterios medioambientales, están evolucionando asimismo hacia la responsabilidad social, si bien en este ámbito el camino por recorrer aún es largo, como indicó el director de posgrado y executive education de EOI. A todo ello se ha unido también la aplicación de la tecnología y el tratamiento de datos para examinar la situación y evaluar distintos escenarios. Así lo confirmó también la profesora de IEB, que puso en valor las herramientas de medición “no solo en el ámbito de las finanzas sostenibles, sino también en la previsión o de mitigación del riesgo climático, donde se utilizan herramientas de carácter prospectivo”.

Según Marta Olavarría, “las empresas necesitan hacer mediciones para mostrar sus progresos en su transición hacia la sostenibilidad y acceder a la financiación, y la tecnología facilita esta tarea”. Pero, en opinión de Ricardo Herradón, “en la actualidad no hay una homogeneidad en la forma de medir los datos, y la regulación viene a crearla y a establecer criterios objetivos”.

"Las empresas necesitan hacer mediciones para mostrar sus progresos en su transición hacia la sostenibilidad"

Otro de los temas que está creando preocupación por parte del regulador europeo es el denominado 'green washing' (lavado verde) que, según Olavarría, se deriva en parte de la rápida adaptación del sector financiero a distintos parámetros de sostenibilidad “sin criterios claros y con falta de convergencia entre normativas internacionales y marcos estándar”. Para Ricardo Herradón, se trata de un riesgo relacionado con “la dificultad de calcular el valor real que aporta una entidad financiera o cualquier otro player que se posicione en sostenibilidad y de confirmar si tiene una actuación diferencial en este terreno”.

¿Las finanzas sostenibles son rentables? Fue otra de las cuestiones que surgieron en el debate. Para Herradón, “pueden ser incluso más rentables que otras, ya que nos ayudan a mitigar riesgos”. Olavarria aclaró que, aunque pueden ser tan rentables como cualquier otro tipo de inversión, no todas las inversiones sostenibles son adecuadas para todos los inversores”. Por su parte, Gurriarán aseguró que la rentabilidad hay que medirla a largo plazo, por lo que se enfrenta al problema que suponen “los cambios tecnológicos y del entorno”.

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