Fundación once propone un código de valores con criterios de rse para la actividad investigadora


Fundación ONCE ha propuesto en el Senado dotar de un código de valores con criterios de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) a la actividad investigadora. Así lo ha señalado Alberto Durán, vicepresidente ejecutivo de Fundación ONCE, durante su intervención en la ponencia para el ‘Estudio de medidas de integración, apoyo y transferencia de conocimiento a las Pymes’.
Dicha ponencia, creada en el seno de la Comisión de Economía y Competitividad de la Cámara Alta, recoge la emisión de un informe en el que se avance en la propuesta de medidas de integración y apoyo a las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) en I+D+i+d y de transferencia de conocimiento hacia ellas, y se promueva un código de valores en I+D+i+d, de acuerdo, entre otros, con los criterios de Responsabilidad Social Empresarial.
La ponencia pretende identificar los instrumentos que permitan que las empresas, en especial las Pymes, tengan acceso y puedan impulsar la investigación, el desarrollo y la innovación dentro de su campo de actuación.
Para Fundación ONCE, en esta ponencia el interés se centra en conseguir una mayor participación de las Pymes a través de una adecuada transferencia de conocimiento de las universidades y centros y organismos de investigación hacia las empresas, particularmente las pequeñas y medianas. Asimismo, se busca dotar de un código de valores con criterios RSE a la actividad investigadora.
En su intervención, Alberto Durán ha insistido en que “la innovación no es suficiente”. “Innovación y cohesión social deben ser conceptos que se entrelacen. El avance de la transferencia de I+D a las PYMES debe ir de la mano de la inclusión y la responsabilidad social”, ha añadido.
En su opinión, existe una relación directa entre I+D y RSE, y también con la competitividad de las empresas. “Una empresa puede desarrollar un producto o un servicio con una tecnología que permita obtener una mayor calidad y mejores prestaciones desde el punto de vista, por ejemplo, del consumo de recursos (agua, energía) durante su proceso de fabricación y también durante su vida útil. Esto le permitirá ser eficiente en los consumos necesarios para su producción y podrá ofrecer a su cliente serlo también durante su uso”.
Siguiendo con la reflexión, Durán ha añadido que, si hay consenso en que la responsabilidad social o la sostenibilidad concierne a todas las organizaciones, también una universidad o un centro de investigación -público o privado- o el área de I+D de una empresa, “deberían ser socialmente responsables y guiarse en su gestión por estos principios de actuación, y considerarlos, junto con su código científico deontológico, en sus investigaciones”.

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