Garoña afronta una semana decisiva


La central nuclear de Santa María de Garoña (Valle de Tobalina, Burgos) afronta la que puede ser su última semana abierta, antes de que llegue el 6 de julio, fecha en la que concluye la autorización que el Gobierno concedió a su propietaria Nuclenor para la explotación de la planta. Actualmente, desde el mes de diciembre, la central está en parada operativa.
El Ministerio de Industria, Energía y Turismo tiene que promulgar antes de esa fecha la orden ministerial en la que se determinará el cese de explotación y cierre de la central nuclear.
El departamento ministerial trabaja en esa orden, después de que Nuclenor solicitara una modificación de la orden ministerial de 2012 que revocaba la fecha del 6 julio como día para el cese definitivo de la explotación de la central.
Industria, según confirmó el ministro José Manuel Soria, no ha podido hacer estar modificación por la imposibilidad de cumplimiento de los plazos previstos en la ley.
Por ello, Soria indicó hace unos días que “en el momento actual”, conforme a lo previsto en el reglamento de las instalaciones nucleares y radiactivas, trabaja en la orden ministerial de cese definitivo de la explotación.
CESE POR RAZONES ECONÓMICAS
Sin embargo, el Ministerio está analizando la situación en relación a la regulación de ese cese definitivo de explotación, ya que el cese se produce “por razones distintas” a las de seguridad nuclear, en concreto por razones económicas.
Fuentes ministeriales indicaron a Servimedia que se está estudiando la posibilidad de conceder a Nuclenor una nueva autorización para la explotación de la central, si las empresas propietarias, Iberdrola y Endesa, lo solicitan.
El pasado 2 de abril, la planta cumplió su 40 aniversario, si bien tiene el reactor parado después de que la empresa propietaria, Nuclenor, decidiera a las 22.57 horas del pasado 16 de diciembre desacoplarse de la red eléctrica. La compañía, participada al 50% por Iberdrola y Endesa, adoptó esta postura argumentando que las últimas medidas del Gobierno hacían inviable económicamente la planta nuclear.
Al cierre de 2012, en Garoña trabajaban cerca de 300 empleados de Nuclenor, que pese a que no hay actividad siguen con las labores de mantenimiento de la planta nuclear más antigua de España.
Durante su último mes, la producción fue del 50,96% y el factor de operación quedó en el 51,47%.

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