La Comisión Europea (CE) aprobará hoy los planes de reestructuración de los cuatro bancos españoles nacionalizados, con lo que dará luz verde a un profundo saneamiento del sector que decidirá el futuro de miles de empleados y el de los miles de consumidores que invertieron en participaciones preferentes.
El vicepresidente de la CE y comisario de Competencia, el español Joaquín Almunia, despejará finalmente la incertidumbre que planea sobre el futuro de Bankia, Catalunya Caixa, Banco de Valencia y Novagalicia, necesitadas de ayudas públicas en torno a 37.000 millones de euros, según confirmó el lunes en Bruselas el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos.
La Dirección General de Competencia de la CE revelará las cantidades exactas que necesitará cada banco en función del Memorando de Entendimiento de julio de 2012 con los préstamos en favor de parte del sistema bancario español, que en su conjunto requerirá una inyección de capital de unos 40.000 millones de euros.
Del monto destinado a las nacionalizadas, la mayor parte será para Bankia y Catalunya Caixa, seguidas de Novagalicia y el Banco de Valencia.
Además, habrá una inyección de capital para la participación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en la Sociedad de gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB), conocido como el banco malo, que se podría situar en torno a 2.000 millones de euros.
La CE se basa en los principios de viabilidad, el reparto de la carga y la limitación de las distorsiones de la competencia para decidir sobre posibles recortes de actividades no rentables, cesiones o racionalizaciones de redes de sucursales y de plantillas.
EFE
También incluye, entre otras medidas, la venta de participaciones y activos secundarios, la eliminación de negocios secundarios o liquidaciones de bancos.
Sin embargo, Almunia no prevé dar a conocer cifras de posibles despidos y cierres de oficinas, señalaron este martes fuentes comunitarias, que consideraron que serán los bancos afectados por estas medidas los que tomen la decisión de difundir estos datos.
Aunque buena parte del contenido de los planes de reestructuración que recibe la CE es confidencial, sí se sabe que Bruselas impondrá una reducción del tamaño de los bancos nacionalizados y que previsiblemente delineará la aplicación de las medidas para repartir la carga entre los titulares de capital híbrido y de deuda subordinada, como son las participaciones preferentes.
La asistencia financiera europea a la banca española establece la conversión del capital híbrido y de la deuda subordinada en recursos propios con ocasión de la inyección de capital público o mediante la recompra "con descuentos considerables", lo que significa que los inversores en preferentes tendrán que asumir pérdidas de sus inversiones, en muchos casos los ahorros de toda una vida.
Una vez aprobados los planes de reestructuración de las cuatro entidades nacionalizadas, los ministros de Finanzas de la eurozona podrán autorizar el desembolso del primer tramo de ayuda a España, en base a la recomendación de la troika (la CE, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional).
Sus representantes visitaron España entre el 15 y el 26 de octubre pasados y ya dieron a conocer que sus conclusiones al respecto son positivas.
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