La crisis de la banca italiana amenaza con tumbar el proyecto europeo

  • La banca italiana se ha convertido en un quebradero de cabeza para la zona euro y amenaza con deshacer los avances realizados durante los últimos años.

    Los expertos consulados por lainformacion.com corroboran la importancia de solventar cuanto antes este problema y aseguran que es impensable que no se haga nada al respecto.

Italy's Prime minister Matteo Renzi arrives for an
Italy's Prime minister Matteo Renzi arrives for an
Luis Díaz

Parecía que el 'Brexit' había eclipsado cualquier otra preocupación en Europa, pero en los pasillos de Bruselas se comenta desde hace meses la endeble situación de la banca italiana. La elevada cantidad de activos tóxicos -360.000 millones-, la perdida de un 50% del valor de sus entidades este año o no haber realizado un saneamiento a tiempo no auguran un repunte de la banca transalpina a corto plazo.

Esa situación se suma a la negativa del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) a Matteo Renzi, rechazando rescatar a las entidades con dinero público. El primer ministro italiano quería 40.000 millones para sanear la maltrecha situación de la banca, pero desde Bruselas han dicho que no.

Actualmente se exige a la banca recurrir en primer lugar a los accionistas y bonistas antes de recibir una inyección de dinero público, para evitar que sean los ciudadanos los que sufran las consecuencias. El primer ministro italiano esperaba poder acogerse a un principio de excepción, para lo que tendrían que existir "circunstancias excepcionales", según la sentencia.

El pulso no parece que pueda prolongarse mucho, sobre todo teniendo en cuenta que bancos como el Montei dei Paschi di Siena (MPS) ha perdido un 80% de su valor desde principios de año y hay riesgo de quiebra. En las próximas semanas se decidirá si Bruselas aguanta o si Renzi consigue su objetivo, pero las alarmas ante una posible quiebra de la banca italiana ya están encendidas.¿Cómo se ha llegado hasta esa situación?

Aunque Renzi esté intentando justificarse con el 'Brexit' la maltrecha situación de su banca viene de lejos. Lo que es cierto es que la salida de Reino Unido de la UE fue el detonante de esta crisis, que amenaza con hundir a Europa. Tras el referéndum británico los valores de la banca italiana cayeron un 20%, pero a lo largo del año habían cedido en torno al 40%. 

Como ya se ha dicho, el problema de la banca es la morosidad que acumulan: 360.000 millones en activos tóxicos -210.000 son altamente tóxicos-. Esa cifra supone un 22% del PIB italiano. Pero el dato más sangrante es que esos 360.000 millones suponen el 18% de la morosidad en la zona euro

Las pymes son las que poseen la mayor parte de la deuda, ya que se les concedió créditos de dudosa solvencia que no pudieron afrontar. Otro dato, el 66% de los créditos morosos están en manos de los cinco principales bancos italianos: Unicredit, Intesa, Monte dei Paschi, Banca Popolare y UBI Banca.

En cuanto a Unicredit, el único banco italiano entre los 29 demasiado grandes como para dejarlos caer, ha perdido en torno al 60% de su valor este año. Y sobre las demás entidades, recordar que Italia no llevo a cabo un saneamiento en los años de recesión y que actualmente cuenta con más de 600 bancos. España posee unos 15 tras la crisis.

Ahora estas entidades buscan libarse de su principal problema: los activos tóxicos. Aquí es donde nace el conflicto, si quieren recibir capital público los accionistas deberán rascarse el bolsillo, algo que el ejecutivo italiano ha evitado desde el principio.Los economistas lo tienen claro

Jesús San Martín, Presidente del Registro de Economistas de Asesores Fiscales (REAF), afirma que "poco harán los accionistas" de las entidades y que como se vio en los años negros de la crisis serán los contribuyentes los que carguen con el peso de esta reestructuración.

Esta quiebra sería consecuencia de unos "fundamentos tocados", los de la Unión Europea. San Martín aboga por caminar hacia una Europa en la que norte y sur estén más en consonancia. Además, afirma que un "esfuerzo" de Bruselas para que la economía "no se tambalee" es lo más lógico. 

En la misma línea apunta Roberto Centeno, catedrático de Economía de la UPM, Italia confía en que "el Banco Central Europeo no les va a dejar caer", ya que teniendo en cuenta la cantidad de dinero que inyecta cada mes en la economía europea es difícil imaginar que dé la espalda en este momento a la banca italiana.

Recuerda Centeno que no solo Italia posee una banca débil, ya que afirma que la española "también tiene una deuda" elevada, como en el caso de Bankia -en la que se invirtieron 22.000 millones de dinero público-. Pero la quiebra de la banca trasalpina podría ser "muy negativa" para gigantes como Deutsche Bank, más teniendo en cuenta que son los bancos del norte los acreedores de los del sur, como menciona San Martín.

Para los expertos consultados por lainformacion.com será difícil ver caer a Italia, ya que si el 'Brexit' hizo dudar de la viabilidad del proyecto europeo, si no se soluciona ya las consecuencias de esta crisis pueden ser la puntilla para Europa y echar por tierra los avances logrados los últimos años.Octubre, otro momento clave

Por si fuese poco la situación de la banca, hay que sumar el referéndum que Matteo Renzi convocó para octubre para poder reformar la constitución. Si no gana, asegura que dimitirá. El objetivo de este referéndum es limitar los poderes del Senado, para que sea la Cámara de Diputados la que tenga toda la capacidad legislativa.

Por lo que en octubre se decidirá cual es el futuro político de Italia, pero el futuro económico puede resolverse antes -seguramente a finales de julio-. Esquivando las condiciones estipuladas por Bruselas Renzi quiere que Italia no sea supervisada por las autoridades europeas tras el rescate. El primer ministro italiano sabe que utilizando el auge del Movimiento Cinco Estrellas - de cariz euroescéptico- desde Europa serán benevolentes. 

Los ases que guarda en la manga son el 'Brexit', el auge del populismo -en toda Europa-, y en especial el estado de su banca. Desde Roma son conscientes de que no dejarán caer a la tercera economía de la UE, y que podrá tensar la situación para sacar el máximo beneficio. Aunque es cierto que en Bruselas no son muy proclives a levantar la mano a los países del sur.

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