La agencia internacional de la energía advierte que eliminar el apoyo a las renovables sería “devastador” para el sector


El economista jefe de la Agencia Internaconal de la Energía (AIE), Fatih Birol, pidió este miércoles que los Gobiernos sigan apoyando con subvenciones a las energías renovables “tanto como puedan permitírselo” por su situación presupuestaria. A su juicio, eliminar el apoyo estatal a estas energías “puede ser devastador para el sector” que, incluso, tendría dificultades para renacer en el futuro.
Birol presentó en Madrid el “World Energy Outlook 2010”. En respuesta a los periodistas, explicó que el sector de las energías renovables es joven y nuevo, por lo que si no reciben esta ayuda “será difícil que renazca”.
“No creo que deban quitarse totalmente los subsidios, porque estas energías son muy importantes para la seguridad de suministro y para la lucha contra el cambio climático”, dijo.
Estas ayudas deberán conservarse de un modo u otro (a través de primas directas, o de los consumidores, entre otras opciones) incluso aunque se trate de proyectos que no se ajusten a la perspectiva de la economía de mercado. De hecho, “hay proyectos que no serán eficaces en los próximos años” que, a pesar de ello, deberían seguir recibiendo ayuda.
Birol se declaró convencido de que las renovables “van a seguir creciendo” en el futuro. Sin embargo, las dificultades económicas y de déficit de los Estados (sobre todo en Europa) hacen que estén atravesando tiempos difíciles y que “muchos gobiernos tengan dificultades para subsidiar de manera generosa” a estas fuentes.
Una situación que el precio bajo y la abundacia del gas natural podría agravar. Así, si actualmente “en la mayoría de los casos las renovables pueden competir con el gas”, en el futuro, “si hay un gas barato y disponible, la vida de las renovables será más difícil”, dijo.
Para el economista jefe de la AIE renovables y nuclear son la clave para lograr una generación eléctrica libre de emisiones de CO2.
Algo que cobra importancia, sobre todo tras la cumbre de Copenhague, que se cerró sin llegar a un acuerdo vinculante. La falta de compromisos en este foro “tendrá un coste de 3 billones de dólares, si se quiere conservar el objetivo de que la temperatura global del planeta no se incremente dos grados”. “Estamos perdiendo tiempo y encareciendo” la factura de evitar ese calentamiento global.
Para Birol, de hecho, si en Copenhague se hubiera lanzado a los inversores el mensaje de que las energías limpias se verán premiadas frente a las sucias, “seguro que las renovables tendrían una posición más positiva”.
Con respecto al futuro de los biocarburantes, Birol auguró que su producción se multiplicará por cuatro en los próximos años, si bien se tratará de unos biocarburantes de segunda generación, menos contaminantes y más baratos (teniendo en cuenta que “la era del petróleo barato se ha acabado” y que, “cuanto más altos sean los precios del petróleo, más barato será producir otros combustibles”).
El informe de la AIE calcula que la generación de electricidad de las renovables aumentará del actual 19% al 35% en el año 2035; pero sólo si continúan dándose los actuales subsidios.
Unas ayudas que ascienden, en todo el mundo, a 57.000 millones de dólares y que, de seguir, llegarán a 200.000 millones de dólares en 2035.
“La cuestión es si pueden mantenerse o no”, concluyó.
RENEGOCIAR CONTRATOS DE GAS
Por otro lado, Birol no descartó que algunos países eurpeos, importadores de gas, renegocien sus contratos a largo plazo de gas con los países exportadores (como Argelia) para adaptarlos a la realidad actual de los mercados (ya que los precios de dichos contratos están indexados a los precios del petróleo y no se ajustan a la actual bajada de precios del gas).
“Dado que el GNL –gas natural licuado- está barato, muchos importadores podrían acudir a sus exportadores para intentar renegociar los contratos existentes” como ya han hecho, de hecho, tres empresas europeas (de Italia, Alemania y Turquía). Los nuevos contratos “estarán menos indexados con los precios del petróleo”, de modo que reflejarán “la realidad del mercado”, lo que sería una “buena noticia” para los importadores (como España).
Según sus previsiones, la capacidad de GNL aumentará un 50% entre 2010 y 2013 lo que, unido a una demanda más débil que la del pasado, hará que los precios de este hidrocarburo continúen bajos durante un tiempo. Por ello, ajustar estos precios a su actual situación evitaría a los países importadores pagar mucho dinero (el que marcan los contratos firmados hace años, con niveles de precios en línea con el petróleo).
En la actual fase de “incertidumbre” económica y energética, Birol auguró que el suministro de crudo se concentrará en los próximos años en pocos países, como Iraq (que multiplicrá su capacidad de producción por tres para 2035) y Arabia Saudí. Además, los países de la OPEP pasarán de tener un peso del 45% al 52% en el año 2035, dijo.
Aludió, finalmente, al fuerte empuje que China representará para la demanda energética y, en concreto, de petróleo mundial en los próximos años.

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