La condena del "broker" por fraude no elimina la sombra de duda sobre el UBS

  • Kweku Adoboli, el "broker" que hizo perder 1.800 millones de euros a UBS, fue condenado hoy en el Reino Unido a 7 años de cárcel por fraude, en un fallo que no elimina la sombra de duda sobre la dirección del banco y su grado de implicación en las operaciones financieras de alto riesgo.

Ginebra, 20 nov.- Kweku Adoboli, el "broker" que hizo perder 1.800 millones de euros a UBS, fue condenado hoy en el Reino Unido a 7 años de cárcel por fraude, en un fallo que no elimina la sombra de duda sobre la dirección del banco y su grado de implicación en las operaciones financieras de alto riesgo.

El agente, de 32 años y origen ghanés, estaba acusado de haber realizado operaciones no autorizadas cuando trabajaba en la división europea de gestión de capitales del mayor banco suizo en Londres entre los meses de octubre de 2008 y septiembre de 2011.

Aunque Adoboli fue condenado a 7 años de cárcel por dos cargos de fraude, fue absuelto por cuatro de falsa contabilidad, según el jurado de la Corte de Magistrados de Southwark (sur de Londres).

El agente bursátil, que residía en el barrio de Whitechapel, al este de Londres (cerca del centro financiero de la City), fue detenido el 15 de septiembre de 2011 y, tras nueve meses en prisión, recibió la libertad condicional bajo fianza.

El agujero financiero fue destapado por el propio UBS, que acusó a Adoboli de aprovecharse de su posición para obtener ganancias personales, con operaciones supuestamente no autorizadas que acarrearon pérdidas cercanas a los 1.800 millones de euros.

Según el banco, el operador de mercados creaba datos ficticios para camuflar los riesgos que asumía en sus operaciones.

En la vista judicial de hoy, la Fiscalía calificó las operaciones de Adoboli de "desprotegidas, evasivas, incautas y descuidadas" y recalcó que estuvieron a punto de "destrozar al mayor banco suizo".

Sin embargo, el agente financiero argumentó ante la corte que todas sus acciones estaban destinadas a "beneficiar" a la entidad, a la que consideraba su "familia", si bien admitió que "perdió el control en el torbellino de la crisis financiera".

Adoboli, que se declaró no culpable, alegó en todo momento durante el proceso ante la Justicia británica, que sufría presiones por parte de sus superiores para asumir riesgos.

"Si nos decían que hiciéramos algo, lo hacíamos. Si nos decían que superáramos los límites (de riesgo), los superábamos. Nos decían que no podríamos conocer el límite hasta que no nos pilláramos los dedos", manifestó Adoboli ante la corte londinense.

Este caso avivó la polémica sobre la falta de control en los departamentos de inversión de los grandes bancos, considerados como "casinos" por sus detractores por el altísimo grado de riesgo que asumían para obtener multimillonarios beneficios para la entidad.

Para UBS supuso un nuevo golpe a su ya castigada reputación y una profunda reorganización que supondrá el despido de 10.000 empleados hasta 2015 para quitar peso a la banca de inversión y volver al modelo tradicional de banca personal y gestión de fortunas.

Después de rozar la quiebra por la crisis financiera de 2008, de tener que ser rescatado por el Estado suizo y de romper el secreto bancario para entregar a EEUU los datos de 4.500 presuntos evasores fiscales, el "caso Adoboli" hizo tambalear a la entidad.

Diez días después de destaparse el agujero cavado por Adoboli, dimitió el consejero delegado, Oswald Grübel, que había sido contratado en 2009 para superar los problemas que le generó su alta exposición a la crisis hipotecaria de EEUU y que había conseguido devolver a la entidad a la senda de los beneficios.

La senda se torció y UBS, entidad resultante de la fusión en 1998 de la antiguamente conocida como Unión de Bancos Suizos y del SBS, optó por Sergio Ermotti para asumir la dirección del banco, investigar lo ocurrido y afrontar una profunda reestructuración.

La investigación resultó en una exoneración de la cúpula directiva, con la excepción de la destitución de un par de cargos intermedios en la división de inversiones, y en la conclusión de que las prácticas de Adoboli fueron un hecho aislado.

El contenido de la reestructuración se conoció el pasado 30 de octubre, cuando Ermotti anunció el despido de 10.000 empleados coincidiendo con la presentación de los resultados financieros del tercer trimestre del año, en el que UBS registró una pérdida neta atribuida de 2.127 francos suizos (1.772 millones de euros), lo que supuso un 131 % más que en el tercer trimestre de 2011.

UBS atribuyó esta cifra a "una pérdida por ajuste de valor de activos de 3.100 millones de francos (2.583 millones de euros)" tras un beneficio neto atribuido de 425 millones de francos (354 millones de euros) en el segundo trimestre de este año.

Los despidos anunciados dejarán la plantilla de UBS en 2015 en torno a los 53.000 trabajadores, 30.000 menos que en 2007.

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