La Justicia rechaza la bancarrota del que fuera el hombre más rico de Irlanda

  • La Justicia de Irlanda del Norte rechazó hoy la solicitud de bancarrota presentada por el empresario irlandés Séan Quinn, el que fuera el hombre más rico de Irlanda.

Dublín, 10 ene.- La Justicia de Irlanda del Norte rechazó hoy la solicitud de bancarrota presentada por el empresario irlandés Séan Quinn, el que fuera el hombre más rico de Irlanda.

Quinn, de 67 años, presentó esta solicitud el pasado noviembre debido a que acumula deudas de hasta 2.000 millones de euros con el nacionalizado Anglo Irish Bank que, a su vez, había instado a las autoridades de la provincia a anularla.

Al declararse en bancarrota en la jurisdicción norirlandesa, el empresario podía haberse beneficiado de la legislación británica al respecto.

Así, hubiese podido volver a hacer negocios y liberarse de su deuda en solo un año, frente a los doce que establece la legislación de la República de Irlanda.

El Anglo, ahora rebautizado como Irish Bank Resolution Corporation (IBRB), cuestionaba la validez de su declaración porque aseguraba que su residencia y sus intereses empresariales estaban radicados en la República.

El imperio empresarial de Quinn había caído en picado durante los dos últimos años, a medida que se iban revelando los enormes riesgos que tomó apostando en los mercados con las acciones de esta entidad financiera.

Quinn y el banco representan a la perfección los excesos cometidos en Irlanda durante los años de la llamada economía del "Tigre Celta", ahora hecha añicos tras el estallido de su burbuja inmobiliaria en 2008.

En la cúspide de su carrera, el Grupo Quinn, cuya joya de la corona era la aseguradora del mismo nombre, llegó a tener un valor de 4.720 millones de euros y creó, según el propio magnate, más de 5.000 empleos desde 1973.

Los expertos también creen que, en algún momento, el empresario llegó a controlar en secreto el 15 % del Anglo, nacionalizado por el Gobierno de Dublín en 2009.

Tras el estallido del sector de la construcción, las acciones de este banco comenzaron a caer y Quinn se vio obligado a entregar el control de su aseguradora, al tiempo que fue multado con tres millones de euros por incurrir en prácticas financieras irregulares.

El pasado abril perdió ya todo el control del Grupo Quinn cuando se lo arrebató el IBRB.

Durante el "boom" de la construcción en Irlanda, el Anglo Irish Bank se convirtió en el prestamista preferido de ese sector por su facilidad para conceder créditos de alto riesgo, lo que generó deudas multimillonarias cuando se desinfló.

El Estado tiene ahora previsto invertir casi 30.000 millones de euros en su rescate, aunque algunos expertos fijan la cifra final en 34.000 millones.

Como parte de la reestructuración del sistema bancario irlandés, el Gobierno de Dublín ha fusionado el Anglo Irish Bank y el Irish Nationwide y ambos se encuentran ya en proceso de cierre definitivo.

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