Estos trabajos, dirigidos por Daniel Pauly et Dirk Zeller de la Universidad de British Columbia, muestran también que la baja de las reservas de pescado es más rápida de lo que creía la FAO (Organización de Naciones Unidas para la agricultura y alimentación), cuyas cifras se consideran de referencia.
Según este estudio publicado en Nature comunicaciones, la pesca anual alcanzó 109 millones de toneladas en 2010, o sea 30% más que las 77 millones de toneladas registradas el mismo año por la FAO con base en estadísticas nacionales de 200 países.
Según investigadores, la diferencia se debe a que la mayoría de los países se focalizan en la pesca industrial y no cuentan la pesca artesanal, de subsistencia o ilegal ni los peces atrapados accidentalmente y luego descartados.
El estudio, realizado con ayuda de unos cincuenta científicos, consistió en reconstituir las estadísticas desde 1950 a 2010 cruzando múltiples fuentes (literatura científica, cifras de las pescaderías, estudios locales, legislaciones, datos demográficos, etc.).
Estas investigaciones muestran que en los últimos 25 años, la baja constatada del volumen de la pesca mundial fue más importante que los cálculos de la FAO: unos 20 millones de toneladas, en vez de diez.
Según expertos, esta baja, pese a una flota mundial en expansión y su modernización, se debe a la disminución de las reservas de pescado.
La pesca industrial pasó así de 87 millones de toneladas en 2000 a 73 millones de toneladas en 2010.
"Esta baja global se debe a la pesca exagerada", explicó Daniel Pauly, quien espera que un mejor cálculo de los volúmenes de pesca "garantizará que habrá suficiente pez para cubrir las necesidades alimentarias".
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