La puerta del Banco Central Europeo (BCE) a que la subida de tipos de interés haya tocado techo está abierta, pero el ciclo de bajadas no parece cercano. Ligándolo como siempre a la evolución de los datos y tras colocar el precio del dinero en el 4,5% tras incrementarlo en 25 puntos básicos, Christine Lagarde ha querido insistir en que si el ciclo de ascensos ha concluido, será necesario mantener estos niveles de tipos de interés por un periodo largo para que la inflación regrese a niveles objetivos, que es que el crecimiento de los precios se sitúe en el 2%.
La presidenta, asimismo, ha reconocido que no ha existido consenso dentro del Consejo de Gobierno del BCE sobre el incremento del precio del dinero aprobado este jueves y que algunos miembros apostaban por aprobar un parón y esperar a ver la evolución de los datos. No obstante, ha especificado que ha existido una "mayoría sólida" que ha optado por aprobar el nuevo encarecimiento.
En paralelo a la decisión del precio del dinero, el BCE ha revisado al alza sus previsiones de inflación para 2023 y 2024 alertando de que la presión de los precios energéticos está detrás del incremento. Lagarde, posteriormente en rueda de prensa, ha insistido en que el aumento del coste de los alimentos sigue siendo muy elevado, señalando que se encontraba en el nivel del 10%. También han sido retocadas, pero esta vez a la baja, las de crecimiento del PIB.
Dos de los riesgos que la banquera central ha señalado como generadores de inflación han sido las revisiones al alza de los salarios y de los márgenes empresariales. No es la primera vez que Lagarde muestra su preocupación por el impacto en el IPC de la zona euro del incremento de los costes laborales, un mensaje acompañado con el aviso de que el endurecimiento monetario ya está teniendo impacto en la demanda interna.
Este factor unido al debilitamiento del comercio internacional ha abocado al organismo con sede en Fráncfort a rebajar las previsiones de PIB para este año, hasta el 0,7%. La nota positiva es que se espera un repunte para el siguiente, ante la perspectiva de que el mercado laboral se mantendrá "fuerte", pese a que en el momento actual da visos de desaceleración, sobre todo, en el sector servicios.
"Nuestras anteriores subidas de tipos de interés siguen transmitiéndose con fuerza. Las condiciones de financiación se han endurecido aún más y frenan cada vez más la demanda, que es un factor importante para que la inflación vuelva a situarse en el objetivo", ha agregado la jefa de la política monetaria en la eurozona. En su discurso, la presidenta del BCE ha señalado a China como uno de los factores de riesgo para la actividad, en caso de que el gigante asiático consolide los síntomas de ralentización, al tiempo que ha enfatizado en la moderación de los préstamos a empresas, que pasa de crecer a un ritmo del 3% en junio al 2,2% en julio.
En este contexto, Lagarde ha instado a los ejecutivos que comparten el euro a reducir las medidas de apoyo relacionadas con la crisis energética, en aras de evitar que las presiones inflacionistas aumenten en el corto plazo, para apuntar que "las políticas fiscales deben diseñarse para hacer la economía "más productiva" y ayudar a reducir la deuda pública de manera progresiva.
Las bolsas 'celebran' el posible parón de los tipos
Los inversores han reaccionado con compras a este movimiento ante la expectativa de que el ciclo de subidas haya terminado, según interpretan los analistas. El parqué español es uno de los más beneficiados de este repunte y el Ibex 35 remonta más de un 1,3% al cierre de los mercados en el Viejo Continente. En esta línea, Milán también rebota un 1,3%, París sube un 1,2%, Fráncfort avanza un 0,97%, mientras Londres acelera casi un 2%.
Los analistas estaban bastante divididos entre aquellos que pensaban que las subidas continuarían, frente a los que pronosticaban una pausa en aras de tomar perspectivas del sendero recorrido, como ya hiciera en junio la Reserva Federal, para comprobar el efecto que podría tener en la economía el encarecimiento de la financiación más rápido de la historia. Una apuesta que los halcones del BCE con la imposición del "instinto de lucha contra la inflación del BCE frente la preocupación por el deterioro del crecimiento", remarca Anna Stupnytska, macroeconomista global de Fidelity.
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