Ante su reunión del jueves

El brío del mercado laboral cuestiona un escenario recesivo y facilita la tarea al BCE

La tasa de paro se mantiene en mínimos históricos en la Eurozona en el 6,4% y Eurostat constata que los costes laborales subieron un 5% interanual de media hasta marzo y que el 3% de los puestos de trabajo están vacantes

Christine Lagarde, presidenta del BCE
El brío del mercado laboral cuestiona un escenario recesivo y facilita la tarea al BCE
DPA vía Europa Press

Tardó en reaccionar al inicio del choque inflacionario, pero la rotundidad y la dureza con la que el Banco Central Europeo (BCE) ha aplicado su política monetaria desde julio del año pasado, cuando aprobó la primera subida de los tipos de interés en once años, tiene ya efectos claros sobre la economía de la Eurozona. Indicadores como la encuesta a responsables de compra con la que se elabora el índice el PMI muestran riesgos evidentes de contracción en el tercer trimestre y los datos de PIB hasta marzo han sido revisados a la baja -reduciéndose el avance de la actividad del 0,3 al 0,1% por el estancamiento del consumo privado-. 

Pese a todo, en el segundo trimestre la economía de la región 'sólo' se estanca y evita de momento la caída. Pudiera parecer que los motivos para pisar el freno en su reunión del próximo jueves son más que evidentes, sin embargo, la resiliencia y fortaleza que viene registrando el mercado de trabajo de los países que comparten el euro complica enormemente la ecuación para el BCE. El hecho de que la tasa de paro se mantuviera el pasado julio en mínimos históricos, en el 6,4%, está favoreciendo repuntes notables en los salarios, que amenazan con cronificar las elevadas tasas de inflación subyacente.

Aunque la tasa de inflación general se moderó dos décimas en julio hasta el 5,3%, su nivel más bajo desde antes de que estallase la guerra en Ucrania, la subyacente (que excluye de su cálculo los precios de la energía y de los alimentos frescos, por ser más volátiles) se mantuvo en el 5,5% interanual, por lo que apenas se ha moderado dos décimas desde el récord que tocó el pasado mes de marzo. Desde CaixaBank Research puntualizan que la mayoría de los componentes del IPC se han desacelerado, y que la resistencia en verano de la inflación general y de la núcleo (que excluye energía y alimentos) refleja, sobre todo, efectos base relacionados con los servicios y con la mayor volatilidad que vienen registrando los precios energéticos.

Las presiones salariales inquietan al BCE

Sin duda el BCE "tendría argumentos para mostrarse duro", y hasta para volver a subir tipos, dado que los progresos hasta la fecha en el control de la inflación subyacente han sido muy escasos y se mantiene muy por encima del objetivo oficial, apuntan desde la consultora de análisis de mercados MacroYield. Este escenario preocupa y mucho entre los miembros 'halcones' u ortodoxos del consejo de gobierno de la entidad, sobre todo cuando Eurostat, la oficina de estadísticas comunitaria, ha constatado que que los costes laborales unitarios subieron un 5% interanual de media en el primer trimestre y que el 3% de los puestos de trabajo están vacantes. 

En el caso alemán, por ejemplo, los salarios se incrementaron un 6,6% entre abril y junio en relación al ejercicio previo (la inflación fue del 6,5%), en lo que supone su mayor aumento para un solo trimestre desde que comenzó la serie que elabora la Destatis, la oficina de estadísticas germana, en 2008. A nivel nacional, el coste por hora trabajada se incrementó un 6,5% en España en relación al mismo periodo del año anterior, acelerándose en comparación con el arranque del ejercicio, cuando el incremento fue del 4,4%. Con todo, desde Goldman Sachs apuntan a que indicadores más recientes sugieren que las presiones salariales "han empezado a ceder", en consonancia con su previsión de un notable enfriamiento del aumento de los salarios en los próximos meses a medida que descienda la inflación general.

El BCE publicará sus nuevas previsiones económicas

Otra de las claves de la reunión que la entidad celebra el jueves tiene que ver con la publicación de sus nuevas perspectivas económicas. En principio se espera que el emisor revise ligeramente a la baja sus proyecciones de crecimiento, pero que eleve las de inflación. Es por este motivo que Martin Moryson, economista Jefe para Europa de la gestora DWS considera que esta sería "una buena oportunidad para dar el paso definitivo" y dejar claro, tanto a los mercados como a los consumidores, que el BCE se toma realmente en serio la lucha contra la inflación. "Después nos podríamos sentar a esperar y ver cómo se normalizan (lentamente) las tasas de inflación", apunta el experto. 

El BCE elevó por última vez los tipos el pasado mes de julio, cuando situó el tipo de referencia principal en el 4,25%, su nivel más alto desde el año 2008, en los albores de la crisis financiera internacional. Si los datos no son lo suficientemente sólidos como para justificar una subida adicional esta semana, "es poco probable que justifiquen una subida más adelante, cuando la actividad seguirá siendo débil y la inflación se habrá debilitado aún más", añade desde Bank of America Rubén Segura-Cayuela, su economista Jefe para Europa. En la entidad estadounidense descartan que el primer recorte de los tipos llegue antes de junio de 2024, y sólo contemplan una rebaja por trimestre a lo largo del próximo año y del siguiente.

Precisamente, de cara al primer semestre del año que viene los analistas de Goldman Sachs confían en que el crecimiento vuelva a fortalecerse, entre otras cosas porque es probable que el sector manufacturero se estabilice los próximos meses a medida que se invierta el ciclo mundial de inventarios y disminuya el lastre de la crisis energética. Al mismo tiempo, consideran que los ingresos reales de los hogares se verán impulsados de forma notable por la caída de la inflación -que ya ha provocado cierta recuperación de la confianza de los consumidores-; y apuntan a que el lastre para el crecimiento derivado del endurecimiento monetario disminuirá rápidamente entre enero y junio del próximo ejercicio, superando "con creces" el escollo fiscal. 

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