El BCE incrementa sus expectativas de inflación tanto para 2023 como 2024

La subida de tipos de interés aprobada por el Consejo de Gobierno del BCE este jueves ha venido acompañada de una revisión al alza de las expectativas de inflación del banco central. El organismo que lidera Christine Lagarde ha incrementado sus previsiones de inflación de IPC hasta el 5,6% en 2023 y el 3,2% en 2024 por el encarecimiento de los precios de la energía. Sin embargo, ha revisado a la baja la de 2025, para colocarla en el 2,1%, más alineada con sus objetivos. El organismo espera que el actual nivel de tipos de interés sea capaz de controlar a medio plazo las tensiones inflacionistas.

"Las presiones inflacionistas subyacentes continúan siendo intensas, pese a que la mayoría de los indicadores han comenzado a moderarse", señala en el comunicado de la actualización de su política monetaria. Sin embargo, quitando el impacto de la energía y los alimentos, la senda inflacionista sí ha sido revisada a la baja "hasta una media del 5,1% en 2023, del 2,9% en 2024 y del 2,2% en 2025", especifica. Con los precios de los alimentos creciendo a un ritmo del 10%, Lagarde previno de que factores difíciles de controlar como las condiciones meteorológicas o la crisis climática pueden convertirse en catalizadores de la inflación. 

"Un aumento duradero de las expectativas de inflación por encima de nuestro objetivo, o incrementos de los salarios o de los márgenes de beneficio mayores de lo previsto, podrían hacer subir la inflación, también a medio plazo. No obstante, un debilitamiento de la demanda, debido por ejemplo a una transmisión más intensa de la política monetaria o a un empeoramiento del entorno económico fuera de la zona del euro, se traduciría en una relajación de las presiones inflacionistas, especialmente a medio plazo", reflexionó.

Una economía debilitada

El BCE apunta que el ciclo de tipos de interés al alza está teniendo efecto en la demanda, lo que, en paralelo, le ha llevado a revisar a la baja las expectativas de crecimiento de PIB para la zona euro. "Dado el impacto creciente de este endurecimiento sobre la demanda interna y el debilitamiento del entorno del comercio internacional, los expertos del BCE han rebajado significativamente sus proyecciones de crecimiento económico. Ahora esperan que la economía de la zona del euro crezca un 0,7% en 2023, un 1,0% en 2024 y un 1,5% en 2025", explica.

Durante su discurso previo a la rueda de prensa, Christine Lagarde ha destacado la debilidad de algunos indicadores económicos. "La economía mantendrá probablemente un ritmo contenido en los próximos meses. Tras estancarse en general durante la primera mitad del año, los indicadores recientes sugieren que también ha sido débil en el tercer trimestre", pronosticó la banquera central. En este sentido, hizo referencia a que si bien el paro continúa mostrando cifras muy positivas, el mercado laboral ya comienza a dar síntomas de agotamiento.

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"La tasa de desempleo se mantuvo en un mínimo histórico del 6,4% en julio. Aunque el empleo creció un 0,2% en el segundo trimestre, está perdiendo dinamismo. El sector servicios, que ha sido un factor importante del crecimiento del empleo desde mediados de 2022, también está creando ahora menos empleo", señaló Lagarde durante su intervención este jueves. 

Asimismo volvió a pedir contención a los diferentes estados en materia de gasto e insistió en que era necesario desmontar el paquete de medidas extraordinarias ideadas tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. "Dado que la crisis energética se está atenuando, los Gobiernos deberían seguir revirtiendo las medidas de apoyo asociadas. Ello es esencial para evitar que aumenten las presiones inflacionistas a medio plazo, lo que haría necesario una respuesta aún más decidida de la política monetaria", señaló e invitó a los países de la zona euro a orientar sus políticas fiscales al logro de una mayor productividad.