Líderes europeos convocan G7 y CE quiere pacto anticrisis en pocas semanas

  • Los líderes europeos han mantenido hoy múltiples conversaciones a varias bandas ante la gravedad de la crisis de la deuda y han promovido la convocatoria urgente de un G7, mientras que la Comisión Europea ha pedido una tregua a los mercados y a la eurozona que cierre su acuerdo anticrisis en pocas semanas.

Bruselas, 5 ago.- Los líderes europeos han mantenido hoy múltiples conversaciones a varias bandas ante la gravedad de la crisis de la deuda y han promovido la convocatoria urgente de un G7, mientras que la Comisión Europea ha pedido una tregua a los mercados y a la eurozona que cierre su acuerdo anticrisis en pocas semanas.

Varios mandatarios europeos, como la canciller alemana, Ángela Merkel, el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el líder británico David Cameron, han interrumpido o suspendido sus vacaciones para mantener consultas urgentes entre ellos y con el presidente de EEUU, Barack Obama.

La gravedad de la crisis -que hoy ha provocado que la prima de riesgo de Italia y el rendimiento de sus bonos superaran a los de España y que las principales bolsas se desplomaran de nuevo- requería esas frenéticas gestiones.

Fruto de las mismas es la convocatoria urgente de un G7 de ministros de Finanzas, una reunión que en un principio estaba prevista en Marsella para el 9 y 10 de septiembre próximos y que podría ser preparatoria para un G8 de jefes de Estado y de Gobierno, según anunció Berlusconi tras conversar por teléfono con Sarkozy.

Mientras, Zapatero y Berlusconi consideraron "poco comprensibles las fuertes fluctuaciones y los movimientos especulativos de los mercados", que afectan sobre todo a España e Italia.

El presidente español y su homólogo francés han ratificado por su parte su "determinación de defender la estabilidad de la zona euro" y han coincidido en la necesidad de que los distintos gobiernos colaboren y coordinan sus actuaciones "en una perspectiva global".

Esa valoración la compartió hoy el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quien dijo en rueda de prensa que la crisis ya no solo afecta a Europa y que por tanto la respuesta política debe ser coordinada a través del G7 y el G20.

Mientras el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, permanecía en Portugal, aunque trabajando y en contacto constante con varios líderes, Rehn regresó de urgencia a Bruselas y pidió tiempo a los mercados; una tregua en su "incomprensible" acoso a la deuda española e italiana.

Pero también pidió a la eurozona que cierre su acuerdo anticrisis en el plazo en pocas semanas.

Precisamente, los diferentes mandatarios reiteraron hoy la importancia de que se implementen "rápidamente" el acuerdo sobre el segundo rescate a Grecia y el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para que pueda prevenir, recapitalizar bancos y comprar bonos en el mercado secundario.

Rehn apeló al sentido común de los inversores al recalcar que "un acuerdo tan global, detallado y técnicamente complejo requiere tiempo para ser implementado".

Aseguró que la UE y sus instituciones y expertos están trabajando "día y noche" para concluir el acuerdo.

"Estamos avanzando rápidamente", explicó. "El trabajo técnico será completado por la vía urgente" en "semanas y no en meses", de manera que el acuerdo debe estar listo "a principios de septiembre".

"Esperamos de todos los Estados miembros de la zona euro cumplan esa fecha límite", insistió Rehn, quien también hizo una autocrítica, al admitir que Europa ha sido incapaz de comunicar los resultados del acuerdo de manera eficaz a los mercados.

El comisario defendió además a España e Italia y calificó de "injustificado" el acoso de los mercados a esos dos países, al tiempo que descartó un rescate.

"Creo que ninguno de estos países va a necesitar un programa especial" porque los fundamentos económicos no lo justifican y las acciones de los gobiernos tampoco, aseguró.

No obstante, consideró primordial una implementación "contundente" de las reformas en curso y las pendientes en España.

Concretamente pidió a España que concluya la reestructuración del sector bancario, especialmente de las cajas, y que los planes de consolidación fiscal sean "aplicados estrictamente al nivel regional", en referencia al déficit de las Comunidades Autónomas.

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