Llúcia Ramis sigue explorando en "Egosurfing" las inquietudes de los 30 años

  • Barcelona.- La periodista mallorquina Llúcia Ramis continúa explorando en su nueva novela, "Egosurfing", con la que anoche ganó el Premio Josep Pla, las inquietudes de su propia generación, la de los treintañeros urbanitas, que despliegan partes de sus vidas en Internet.

Llúcia Ramis sigue explorando en "Egosurfing" las inquietudes de los 30 años
Llúcia Ramis sigue explorando en "Egosurfing" las inquietudes de los 30 años

Barcelona.- La periodista mallorquina Llúcia Ramis continúa explorando en su nueva novela, "Egosurfing", con la que anoche ganó el Premio Josep Pla, las inquietudes de su propia generación, la de los treintañeros urbanitas, que despliegan partes de sus vidas en Internet.

En comparación con su anterior y primera novela, "Coses que et passen a Barcelona quan tens 30 anys", "los personajes siguen en la misma franja de edad, y la ciudad es la misma, aunque en este caso he definido mucho más esos caracteres", ha dicho Ramis en una entrevista a Efe.

Si en su primera novela se centraba en la fiesta, en la vida cotidiana de esa juventud, en esta ocasión se ha centrado en "qué quieren cada uno de esos personajes de los otros".

Internet no es el protagonista de la novela, aunque esté presente, una opción de la propia autora en consonancia con su convicción: "Nuestra sociedad ya no sabe vivir sin Internet, incluso la gente de más edad, y ya no es raro tener un facebook, un blog o chatear".

El término del título alude a esa "vanidad" que todos hemos tenido al menos alguna vez de "buscar en Internet para ver cuántas veces salimos en los buscadores, con la falsa ilusión de que somos más famosos cuantas más veces somos citados".

En su intento de profundizar, Ramis piensa que "la imagen que tú das en Internet no siempre es la que tú quieres, y siempre está mediatizada por el juego de lo que muestras y lo que quieres mostrar".

"Egosurfing" se articula a partir de tres personajes: un joven al que le cae en la calle una bolsa de basura que le deja inconsciente, una periodista que tiene un programa de tarde sensacionalista en la radio y la narradora, que, por un cúmulo de coincidencias, es acusada en la emisora de ser la agresora del primero".

Entre los tres se establecerá una relación de intereses cuando la narradora trata de desmentir a la periodista y de disculparse con el agredido, y éste, que maltrata a su mujer y está en una fase de limpiar su imagen, trata de entablar amistad con la narradora.

Esta última relación se comporta, en palabras de Ramis, "como ese correo 'spam' indeseable que te bombardea el buzón de entrada del e-mail".

En esta novela, que no oculta su carácter eminentemente urbano, no deja de haber referencias a su Mallorca natal, "porque esa fascinación que hay en mis novelas por Barcelona no se entendería si el personaje no viniera de fuera".

Ramis no perseguía moralizar con su novela ni ofrecer una valoración crítica de Internet: "Creo que la red no nos hace más solitarios, sino que es compatible con una vida social real, pero me resultaba atractiva esa vanidad que provoca Internet".

Ganar el Pla, un galardón que han obtenido grandes figuras de la literatura catalana, no es algo que preocupe a Ramis: "Si te presentas es porque quieres que te lean, más allá de quién había ganado el premio antes; y mi única ambición es poder dejar de hacer los trabajitos que hago en numerosos sitios cobrando poco para poder subsistir".

La escritora mallorquina no cree demasiado en los referentes literarios, aunque confiesa que le gusta leer a Saul Bellow, a Bolaño, o Monzó y Pàmies, "mucho más que a Mercè Rodoreda", y acaso en sus novelas se deslizan su educación sentimental televisiva alumbrada de ver series como "The wire", "A dos metros bajo tierra" o "El ala oeste de la Casa Blanca", de la música que escucha o de las conversaciones de bar.

Ramis trabaja ya en su próxima novela, que "no se si la publicaré", que trata sobre su familia, y "por esta razón, es medio mallorquina y medio belga".

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