Los dineros de la Iglesia

    • ¿Sabían ustedes que el Estado Vaticano es un paraíso fiscal? Como lo fue Andorra o como lo es Mónaco o Gibraltar.
    • El Papa ha dado claras instrucciones de cumplir todos los estandares internacionales de transparencia y rigor en la gestión de las finanzas vaticanas, empezando por la sustitución de los responsables hasta ahora

     

Iñigo Montoya

El concepto de paraiso fiscal se refiere a falta de transparencia y control del país en cuestión, según las normas de las autoridades financieras internacionales, aunque es Estados Unidos el que lleva la lista más realista de países incumplidores.

Es poco probable que el Banco Vaticano financie armas y drogas, pero como no se sabe qué hacen y salen casos de evasión de impuestos, pues no nos gusta.

El Banco del Vaticano fue creado por el Papa Pío XII en 1942, y a lo largo de su historia, ha sufrido intrigas, luchas de poder y malas prácticas (como otros Bancos), en sí mismo y en relación con otros agentes financieros como el Banco Ambrosiano o la logia masónica P2. Imagino que además habrá cumplido la función para que fue creado, la administración de las finanzas de la Iglesia Católica, en su misión global. El Banco Vaticano se llama hoy IOR, Instituto para las Obras de Religión, y cuenta con 5.000 milones de € en activos.

En el 2012, el Departamento de Estado de EE.UU. puso por primera vez en la historia, al Vaticano, en la lista de países vulnerables al lavado de dinero. Pero fue la presión de sus bancos corresponsales, Deutsche Bank, JP Morgan y Unicredito fundamentalmente, que temían ser acusados de lavado de dinero por sus relaciones con el Banco Vaticano, uno de los motivos más importantes del inicio del proceso hacia la transparencia.

La falta de transparencia provoca corrupción, es un hecho demostrado en todas las instancias, profesionales y personales. Pero la corrupción de los clérigos, como la de los políticos, es de las más graves.

Ahora con el Papa Francisco, las cosas están cambiando: Tras el arresto de Monseñor Nunzio Scarano, el 28 de Junio de 2013, por sospechas de participar en el desvío de fondos del Banco del Vaticano, el Papa ha dado claras instrucciones de cumplir todos los estándares internacionales de transparencia y rigor en la gestión de las finanzas vaticanas, empezando por la sustitución de los responsables hasta ahora, por profesionales de su confianza, encabezados por Battista Ricca.

El Papa Francisco creó una comisión de cardenales y otros funcionarios que están investigando la situación del IOR y deberán formular sus propuestas de cambio, incluida la posible desaparición del iOR. Esta comisión cuenta con el asesoramiento técnico de la Unión Europea, a través de Moneyval, organismo para prevenir el lavado de dinero.

En su segundo informe, aprobado el 9 de Diciembre de 2013 por el Comité de Expertos, Moneyval menciona los progresos que hace el Banco Vaticano para implementar las medidas necesarias anti lavado de dinero (anti-money laundering). En el informe dice que han aprobado medidas para el IOR (Banco Vaticano), pero también para el Departamento del Tesoro, conocido como APSA (Administration of the Patrimony of the Apostolic See), que es donde ejercía sus funciones Monseñor Nunzio Scarano. Desde que arrestaron al clérigo supuestamente corrupto, Apsa ha cerrado muchas cuentas corrientes "retail" que se mantenían en el Banco; había unas 20.000 cuentas y el informe relata que sólo quedan 1.300.

Así, Moneyval aplaude las acciones adoptadas motu propio por el Papa Francisco y el "fuerte énfasis" puesto en la cooperación internacional, que ha llevado a la Autoridad de Inteligencia Financiera (FIA) a firmar acuerdos con seis países, entre ellos Estados Unidos y España. No está mal.

Ahora que el Papa Francisco ha marcado las directrices de transparencia, harán bien todas las instancias eclesiásticas en darle a sus dineros la transparencia debida, informando no solo al Vaticano, sino también a las comunidades a las que pertenecen, no me cabe duda que lo harán, y que lo están haciendo, como el cura de mi parroquia, que explica hasta el último céntimo que obtiene y en qué se emplea, y por ejemplo, nos ha contado que en vez de arreglar el techo de la iglesia, que se cae a pedazos, ha decidido dedicar ese dinero al banco de alimentos y a Caritas; así que no hay excusa para sus jefes y correligionarios decimonónicos.

¿No apoyarían ustedes al cura de mi parroquia? Pues también apoyamos al Papa Francisco (Pope Francis) en este esfuerzo de transparencia.

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