Los líderes europeos debatirán nuevas medidas contra la crisis de la Eurozona

Bruselas.- Los líderes de la Unión Europea tratarán de avanzar durante la cumbre del próximo viernes en un paquete de medidas con las que poner fin a la persistente falta de confianza en la zona euro, especialmente en las economías periféricas de la región, aunque no se espera que alcancen decisiones concretas.

"La situación general económica y financiera será discutida en la próxima reunión" y, concretamente, "cómo estabilizar el euro, cómo estabilizar la economía real y cómo acelerar la recuperación", confirmó hoy el ministro húngaro de Exteriores, Jánoz Martonyi, tras presidir el Consejo de Asuntos Generales, preparatorio de la cumbre.

El anuncio fue acogido con satisfacción por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, que ha mantenido roces en las últimas semanas con París y Berlín, ante su resistencia a colocar el asunto en la agenda de la cumbre del próximo viernes, en principio consagrada a asuntos energéticos, por considerar que la situación económica no es urgente.

"Me satisface que la economía esté ahora en la agenda de esta semana. Estamos lidiando con asuntos muy complejos y debemos aprovechar el momento para avanzar en la preparación de las importantes decisiones que habrá que tomar en marzo", dijo Barroso, en referencia a la siguiente reunión de líderes europeos, que se celebrará en marzo.

"Creo que debemos avanzar de manera decisiva en nuestros trabajos sobre una respuesta global a las necesidades de Europa", añadió el líder del Ejecutivo comunitario.

Concretamente, los líderes debatirán la ampliación del fondo de rescate de la zona euro, así como una flexibilización de sus usos, de manera que el dinero pueda ser empleado para comprar bonos de los países afectados o para darles líneas de crédito menos exigentes que un programa de asistencia financiera al uso, como el empleado para Irlanda o Grecia.

El fondo de rescate de la zona euro fue creado en mayo pasado, tras la crisis en Grecia, con el fin de ayudar a los países de la zona euro con problemas de solvencia, y está dotado con 440.000 millones de euros, a los que hay que añadir la aportación con cargo al presupuesto comunitario y la contribución del Fondo Monetario Internacional, hasta alcanzar los 750.000 millones.

Sin embargo, su capacidad de financiación real se sitúa en torno a los 250.000 millones, por lo que son muchas las voces que han pedido un incremento del mismo, de manera que pueda prestar todo el dinero comprometido.

Por otro lado, los países más solventes de la Unión Europea liderados por Alemania, quieren enmarcar este tipo de medidas en un paquete global que incluya un mayor compromiso, con el saneamiento fiscal y las reformas por parte de los países afectados, como un retraso de la edad de jubilación, la supresión de las cláusulas automáticas de revisión salarial o la fijación por ley de un límite para el déficit público.

La Comisión Europea, por su parte, explicó que las reformas deben ser incluidas en el programa anual que será evaluado por el Ejecutivo comunitario a partir de abril, conforme al nuevo procedimiento del "semestre europeo", que busca incrementar la coordinación de las políticas económicas en la región.

En este sentido, el comisario europeo de Relaciones Institucionales y Administración, Maros Sevcovic, explicó que la Comisión Europea está dispuesta a enviar expertos comunitarios a determinados países para incrementar "la ambición" y "claridad" de las reformas incluidas en los primeros borradores enviados por los Veintisiete a Bruselas.