Los mercados y el fracaso de las OPV cuestionan la colocación de Aena

    • Algunos analistas creen que con un año más de margen Aena podría haber ofrecido a los inversores una foto fija mucho más atractiva.
    • Los inversores serán mucho más exigentes a la hora de valorar al gestor aeroportuario tras el fiasco de las salidas a bolsa de 2014.

La fase final de la privatización de Aena está a punto de arrancar. El gestor de 47 aeropuertos españoles presentará en los próximos días el folleto de la oferta pública de adquisición (OPA) por el que colocará entre los inversores -también particulares- el 28% del capital. Ya ha cerrado el núcleo duro del capital, por el que Corporación Alba (la familia March), Ferrovial y TCI han tomado conjuntamente el 21% de las acciones) con una valoración entre los 7.300 y los 8.000 millones de euros.

Si se cumple la hoja de ruta de la operación, Aena será una empresa cotizada el próximo 12 de noviembre. La OPV tiene luces y sombras. La recuperación de los resultados y el aumento de la rentabilidad de los aeropuertos chocan contra la debilidad de los mercados financieros y el rotundo fracaso de las siete grandes salidas a bolsa que se han producido este año en suelo español. Estos los puntos fuertes y débiles de la operación.

-La facturación crece. Aena ha hecho públicas sus grandes cifras en el primer semestre del año. El grupo ha facturado 1.427 millones de euros, un 7,1% más respecto al mismo período del año anterior. Por su parte, los beneficios alcanzaron los 201 millones, con una mejora del 120%.

-Menos tráfico, pero más rentabilidad. Con los números de 2013 en la mano, el volumen de pasajeros se redujo un 3,5%. Sin embargo, el número de aeropuertos en beneficios se multiplicó por dos y el endeudamiento del grupo se redujo hasta los 12.000 millones. Este año, las perspectivas son mejores, ya que el tráfico aéreo se está recuperando un 4,6% hasta septiembre.

-Reestructuración en marcha. A pesar de la mejora de las grandes cifras, sólo 15 de los 47 aeropuertos de la red consiguieron beneficios en 2013. Los analistas creen que con un año más de margen Aena podría haber ofrecido a los inversores una foto fija mucho más atractiva. Ahora, la compañía tiene que compensar con los ingresos de sus aeropuertos de más tráfico a los deficitarios.

-La competencia del AVE. Los expertos creen que uno de los grandes retos de Aena es hacer frente a la creciente competencia del tren de alta velocidad en España en las distancias más cortas. Por ejemplo, el puente aéreo entre Madrid y Barcelona se ha convertido en un enlace muy deficitario, ya que el tren tiene una cuota superior ya al 60%. En otros enlaces las cuotas superan el 90%. En rutas como Madrid-Málaga y Madrid-Valencia, el avión ya no compite.

-Pocos ofertantes para el núcleo duro. El Gobierno anunció a mediados de septiembre que había al menos siete grupos interesados por entrar en el núcleo duro de Aena, al que se ha destinado el 21% de la oferta. Al final han concurrido sólo tres, una aviso para navegantes de cara a la OPV. Fuentes del mercado aseguran que varios se descolgaron a última hora, en plena corrección de las bolsas y con cada vez más dudas sobre las posibilidades reales de la Eurozona de evitar la que sería la tercera recesión desde que empezó la crisis.

-El atractivo del dividendo. Aena prevé repartir el 50% de sus beneficios entre sus futuros accionistas. Una payout muy atractivo, en línea con el de sus grandes competidoras como la alemana Fraport o la francesa ADP. La retribución al accionista será uno de los grandes ganchos de la operación. En pleno aumento de la incertidumbre sobre la economía europea y con los tipos de interés en el 0,05%, los inversores buscan refugio en valores con alta rentabilidad por dividendo.

-Los siete debut en bolsa de 2014 no ayudan. eDreams, Applus, Logista y las socimi Lar, Merlin, Axia e Hispania han debutado este año en bolsa. Todas ellas cotizan por debajo del precio de colocación salvo Logista, que no obstante lo perdió por primera vez el pasado jueves. En tela de juicio están las valoraciones de las compañías. El resultado es que los inversores serán mucho más exigentes a la hora de valorar al gestor aeroportuario.

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