Los pagos digitales suponen un recorte de las libertades, advierte un experto

  • El exbróker Brett Scott alerta de los múltiples riesgos de que desaparezca el dinero contante y sonante.
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PRIVALIA - Archivo

El pago digital, más cómodo para el consumidor que el uso de dinero en efectivo a la hora de pagar, podría acarrear recortes de libertades y el control de los datos financieros de los ciudadanos, según advierte el activista y exbróker Brett Scott. Scott ha publicado en España su libro Hackeando el futuro del dinero, donde reflexiona sobre el funcionamiento del sistema financiero y en el que alerta de los múltiples riesgos de que desaparezca el dinero contante y sonante.

El libro, que iba a ser solo una guía para explicar cómo funcionan las finanzas, ofrece también propuestas para cambiar el mundo financiero tras concienciar a los ciudadanos y cuenta con un prólogo escrito por el catedrático de economía financiera y contabilidad de la Universidad Pompeu Fabra, Oriol Amat.

El autor de Hackeando el futuro del dinero critica la propuesta de algunos países de prohibir el pago en efectivo, ya que coartaría la libertad del consumidor de pagar con el medio que se desee al eliminar esa opción, y además, aquel estaría más expuesto a manipulaciones y otros recortes de libertades. "El control de los datos financieros va más allá de lo que compartimos en redes sociales, ya que con esos datos saben exactamente lo que haces y no solo la imagen de ti que proyectas", señala Scott en declaraciones a Efe.

Entre alguno de los riesgos del pago digital, Scott detalla la congelación de cuentas bancarias o la posibilidad de que impidan hacer ciertas transacciones, y lo compara con las protestas de Hong Kong, donde los manifestantes comenzaron a comprar billetes de papel en vez de usar su tarjeta de transporte para no ser controlados. "Habría que estar continuamente pidiéndole una autorización al banco para poder comprar", ha sostenido, ya que el dinero utilizado en esas operaciones es bancario, y no físico como cuando se utiliza efectivo.

Además, otra de las consecuencias de eliminar el dinero en efectivo sería el aumento de la desigualdad porque quedarían excluidos del sistema los colectivos que no tienen acceso a una cuenta bancaria, como migrantes o viajeros sin una residencia fija, según explica Scott en un artículo publicado antes que el libro. No obstante, matiza que las libertades a restringir o eliminar "depende del sistema político en el que se viva" y admite que en 2019 no es posible vivir solo con dinero en efectivo, ya que por ejemplo en Londres, ciudad en la que reside, los autobuses ya no aceptan esta forma de pago.

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