"Mamá, me vuelvo al pueblo"

  • Albañiles, ingenieros, administrativos e incluso guardias reales buscan una oportunidad en el campo; el paro se ceba con los jóvenes que vuelven la vista al sector primario, un "daño colateral" de la crisis que puede ser una oportunidad para los pueblos y fomentar el relevo generacional.

Lucía Ruiz Simón

Madrid, 15 jun.- Albañiles, ingenieros, administrativos e incluso guardias reales buscan una oportunidad en el campo; el paro se ceba con los jóvenes que vuelven la vista al sector primario, un "daño colateral" de la crisis que puede ser una oportunidad para los pueblos y fomentar el relevo generacional.

Según los últimos datos facilitados por la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG), en el último año ha aumentado un 80 % el número de jóvenes que ha solicitado las ayudas que concede la Unión Europea (UE) para la incorporación de nuevos productores.

Es el caso de David Llanos, un joven de 29 años de Miajadas (Cáceres) que estudió Ingeniería Técnica en Obras Públicas, pero tras el paso por un par de empresas y el estallido de la burbuja inmobiliaria se quedó en el paro.

Se fue un año -"de transición"- a trabajar con su padre al campo", para ver "si mientras salía algo", actividad que ya había desarrollados durante los veranos en la explotación familiar.

Han ampliado hasta 90 las hectáreas de terreno en la que cultivan maíz, tomate y arroz, "para que sea suficiente para mantener dos casas", y solicitaron las ayudas de la Unión Europea, "un empujón" para esta nueva vida y que ya le han sido concedidas.

Entre las ventajas de esta profesión, "es que eres tu propio jefe y si echas horas lo haces para ti", asegura; no obstante, reconoce que es difícil encontrar un margen de beneficio amplio, por el aumento de los costes de producción.

En el caso de Óscar Gutiérrez y sus hermanos trabajaban en la construcción e iban a la obra "donde les llamaran", en Valladolid, Segovia, Ávila, Zamora o Salamanca; ahora y dada la falta de expectativas en ese sector, están preparando la puesta en marcha de una cooperativa agropecuaria de cabras de leche en Madrigal de la Altas Torres (Ávila), una decisión tomada hace dos años y medio.

Ya ha cursado uno de los cursos de incorporación a la empresa agraria que ha impartido la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) y, en estos momentos, está a la espera de la resolución de su subvención como joven agricultor.

Gutiérrez lo tiene claro: En su caso, su llegada al campo fue "para buscarse la vida", una nueva vida que, a su juicio, tiene una ventaja fundamental, "que no trabajas para nadie".

Salvador Roncero, sin embargo, no se encontraba en situación de desempleo, de hecho trabajaba en la Guardia Real cuando apostó por gestionar junto a sus hermanos una explotación familiar de vacas de leche en Peleas de Abajo (Zamora).

Roncero, que se define como un "amante de la ganadería", se animó cuando su padre decidió retomar la explotación familiar del pueblo, y "sin pensarlo mucho" se fue.

"Era muy feliz en la Guardia Real", afirma, un empleo al que dedicó tres años y del que conserva muchos amigos, pero "algunas condiciones del destino" o "estar permanentemente en un sitio" le "tenían quemado".

Entre las dificultades a las que se enfrenta señala las inversiones que requiere la mecanización de la actividad -que "son muy altas"- y que un banco "preste ese dinero a una persona de 25 o 30 años es difícil", además de la dificultad del acceso a la tierra.

María Pilar Fortes es una emprendedora que, sin embargo, no ha podido optar a ninguna ayuda pública, porque ha elegido una producción ganadera algo más peculiar: la cría alpacas, muy apreciadas por la industria textil y cuya producción del primer año ha vendido por completo.

Fortes, administrativa de profesión, subraya que ha sido autodidacta y que se ha formado viajando o través de Internet para poder realizar esta nueva actividad que, de momento, tiene que combinar con su trabajo en una fábrica, "por lo menos hasta dentro de un par de años".

Está previsto que, en la próxima programación de la Política Agraria Común (PAC) 2014-2020, los gobiernos puedan dedicar hasta un 2 % de las ayudas que reciben de la Comisión Europea para apoyo a la incorporación de jóvenes agricultores, una medida con la que se pretende paliar la difícil situación de relevo generacional; en España, sólo el 5 % de los productores tiene menos de 35 años.

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