En marzo de 2014

Un mecánico gana 125 millones en el Euromillones: "La vida de lujos aburre"

Después de cobrar el bote millonario del sorteo del Euromillones, este ganador dejó su trabajo en un concesionario y comenzó a ver los problemas que supone no tener una actividad diaria que le motivase.

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©[Andrey Popova y Gizem Genc] a través de Canva.com / Montaje: La Información
Ganador de 125 millones en el Euromillones: "La vida de lujos es aburrida"

Que el dinero no da la felicidad es un dicho bastante común, pero lo cierto es que algunos jugadores de loterías y Euromillones han demostrado que esta famosa frase es cierta después de sufrir numerosos problemas tras hacerse con un bote millonario en este tipo de sorteos.

El más reciente ha sido Neil Trotter, un mecánico aficionado a los coches que trabajó en concesionarios de Reino Unido hasta que en marzo de 2014 tuvo la gran suerte de ganar un gran premio del sorteo europeo Euromillones. En total se hizo con 125 millones de euros y pronto aprovechó este dinero para vivir con toda clase de lujo. El británico pronto hizo lo que muchos jugadores y dejó su trabajo para vivir de las rentas que le proporcionaban esos millones.

Pero después de darse toda clase de caprichos, su vida comenzó a ser monótona y sin alicientes que le ayudase a tener ilusión cada mañana. "Pasar de tener que trabajar a no tener que hacer nada fue algo bastante extraño a lo que adaptarse. Pronto descubrí que estar sentado en casa viendo la tele todo el día era bastante aburrido", señalaba en el diario británico The Mirror.

Compró varios coches de lujo

Trotter siempre pensó que ganaría la lotería algún día, de hecho, se lo dijo a su familia en numerosas ocasiones: "Solía decirle a mi padre que tendría una casa con un lago y él me decía: '¡En tus sueños, hijo!'", añadió. Gracias a esta fortuna pudo dejar su empleo y volver a su gran pasión, las carreras de coches. Desde la administración de Loterías le advirtieron que no gastase todo el bote de inmediato, ya que este suele ser un error habitual entre los ganadores. En cambio, él optó por sustituir su Ford Focus por dos coches de lujo, un Porche y un Jaguar, y compró una mansión con su propio lago privado.

Sin embargo, a pesar de esa suerte con los años descubrió que la vida de lujos resultaba bastante más aburrida de lo que pensaba. No tener un propósito cada día que le motivase acabó por generarle apatía. El hecho de no tener que ir a trabajar se le hacía raro. Trotter continúa viviendo su sueño y conduce coches deportivos tras su victoria.

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