México abre un intenso debate sobre las reformas energética y fiscal

  • La apertura de Pemex a la inversión privada y el cobro diferenciado de IVA a alimentos y medicinas son los temas más polémicos de las reformas energética y fiscal previstas para este año, coincidieron analistas consultados por Efe.

Julián Rodríguez Marín

México, 29 ene.- La apertura de Pemex a la inversión privada y el cobro diferenciado de IVA a alimentos y medicinas son los temas más polémicos de las reformas energética y fiscal previstas para este año, coincidieron analistas consultados por Efe.

Tras la reciente aprobación de la reforma educativa, este año toca el turno a la energética y la fiscal, que deberán ser discutidas y consensuadas entre todas las fuerzas políticas.

Aunque todavía no está claro el contenido de dichas reformas, la izquierda encabezada por el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador y partidos cercanos anunciaron una campaña en contra de lo que considera un intento de privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex) y de aumentar el IVA.

El presidente Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha hablado de la necesidad de modernizar y aumentar la inversión en Pemex, y en el Pacto por México que firmó con los principales partidos del país se comprometió a mantener los hidrocarburos como propiedad de la nación y a la petrolera como empresa pública.

El director general de Pemex, Emilio Lozoya reiteró esta semana que Pemex será modernizado, no privatizado, y que para eso aprovecharán los aspectos positivos de los modelos de industrias petroleras de Brasil, Noruega y Colombia.

Mauricio Millán, del Grupo de Consultores Internacionales (GCI), explicó a Efe que se "pueden crear mecanismos con la participación del sector privado" y avanzar en la autonomía administrativa de Pemex, "siempre y cuando no vulneren el control básico del Gobierno".

La apertura podrá extenderse a diversos sectores mientras la iniciativa privada no "tome el control de los yacimientos petroleros", dijo y añadió que esta vez la reforma podrá avanzar mucho más que en 2008, cuando se abrió la puerta a la participación privada en la producción de gas y crudo.

Por su parte, el analista Federico Berrueto dijo a Efe que el Gobierno de Peña Nieto, que comenzó el 1 de diciembre, ha mostrado más "pragmatismo de lo que se hubiera pensado", y aclaró que el problema consiste en que las reformas irán tan lejos como quiera la oposición.

Destacó que el conservador Partido Acción Nacional (PAN) "está mostrando mayores resistencias", aunque parezca "increíble" después de que cuando estaba en el Gobierno defendió la participación del sector privado en la petrolera al estilo de la brasileña Petrobras, que en 1997 rompió su monopolio y se convirtió en compañía mixta.

Berrueto llamó a analizar los planteamientos del fundador de Partido de la Revolución Democrática (PRD) Cuauhtémoc Cárdenas "para advertir que también en la izquierda hay una postura aperturista".

Cárdenas propuso este mes dar mayor autonomía financiera y de gestión a Pemex e invertir más recursos para convertirla en una empresa moderna, rentable y competitiva.

En relación al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que López Obrador busca convertir en partido, admitió que "tiene capacidad de movilización, pero no fuerza legislativa, por lo que no tendría capacidad de frenar un acuerdo entre el PRI y el PRD".

"Creo que el tema central va a ser la inversión en exploración, aguas profundas y también en petroquímica", indicó.

Respecto a la reforma fiscal, Millán aseguró que la intención del Gobierno es recaudar más entre quienes perciben mayores recursos, pero lamentó que los que más aportarán "serán los contribuyentes cautivos, porque los que más ganan están en la economía informal".

El gran reto de cualquier reforma fiscal, dijo, es incorporar el sector informal a la economía formal, lo cual es "materialmente imposible. Las condiciones no lo permitirían en muchos años, quizá en décadas".

Sin embargo, aseguró que se pueden hacer ajustes a los actuales "hoyos fiscales" que existen en el actual régimen de exenciones para que las empresas paguen sus impuestos.

La tendencia es privilegiar el sistema de recaudación al consumo, a través de la aplicación de un IVA diferenciado a los alimentos y medicinas, que podría empezar por un 4 %.

Berrueto consideró fundamental acabar con los privilegiados del trato fiscal. Si Peña Nieto pudo reducir los privilegios del sindicato de maestros con la reforma educativa, "también podrá contra Televisa, (Carlos) Slim, la industria alimenticia y muchos privilegiados por las exenciones", comentó.

Coincidió con Millán en que eso es más fácil que incorporar al sector informal a la economía formal.

"Creo que la reforma va a incrementar recaudación al ingreso y también al consumo", se aplicará el IVA a medicinas y alimentos, aunque no de golpe y "empezará con una tasa baja que se incrementaría gradualmente" hasta el 16 %, afirmó.

Explicó que una forma para "destrabar resistencias" sobre la reforma fiscal es precisar el destino de los recursos hacia tareas específicas, como el combate a la pobreza, a la educación y a la seguridad pública para evitar que se desvíen a otras áreas.

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