Mobile congress. Telefónica afirma que hay que replantearse los estímulos a la compra de móviles

El presidente de Telefónica Latinoamérica, Santiago Fernández Valbuena, afirmó este martes que es necesario plantearse si las operadoras deben de seguir estimulando al nivel que lo hacen en la actualidad el cambio constante de móvil por parte de sus clientes.
En declaraciones a los medios de comunicación en el marco del Mobile World Congress de Barcelona, Valbuena apuntó que "hay que pensar si hay que estimular la rotación de los terminales tanto como se hace ahora".
En este sentido, apuntó que el sector de las operadoras móviles vive "en una ficción", ya que no es posible seguir sufragando los costes en infraestructuras, en frecuencias y la inversión comercial, y al mismo tiempo sufragar la compra de terminales por parte de los usuarios. "Vivimos en una ficción y es que la industria no tiene dinero para pagarlo todo", aseveró.
Para el dirigente de la compañía "no tiene mucho sentido" que en un mercado como el europeo, que ya ha alcanzado "su punto de saturación", se siga promoviendo la rotación "porque lo que hacemos es cambiar entre nosotros los clientes".
Por otro lado, el presidente de Telefónica Latinoamérica destacó que aunque la penetración de la banda ancha móvil es aún de sólo el 10%, casi una tercera parte de las ventas de nuevos móviles son teléfonos inteligentes ("smartphones"), lo que, en su opinión, "quiere decir que esa tasa está aumentando muy rápidamente".
En este sentido, subrayó que hay estimaciones que prevén que cada año, durante los próximos dos o tres, se va a duplicar la penetración de banda ancha móvil en la región.
De esta forma, Valbuena sostuvo que en unos años el acceso a Internet en Latinoamérica se acerque al de Europa, con la diferencia de que allí se hará "mediante redes y dispositivos móviles".
No obstante, agregó que para que las compañías puedan llegar a las capas menos favorecidas de la sociedad en esta región es necesario que puedan ofrecer "smartphones" por un precio inferior a los 100 dólares, ya que los precios que se pagan en Europa "allí no tienen cabida y sería suicida para las operadoras".