Es habitual que muchas personas se pregunten si es buena decisión contratar un seguro de vida, ya que esto supone tener que hacer frente a otro gasto que se suma a los que ya se tienen. Sin embargo, la realidad es que existen muchas razones por las cuales es recomendable disponer de uno de ellos, siendo la principal la de que ofrecerá tranquilidad a la familia para que, aunque se produzca un fallecimiento o una invalidez permanente absoluta, pueda mantener su nivel de vida durante el tiempo que sea necesario para poder readaptarse a una nueva situación económica.
La principal cobertura de un seguro de vida es la de fallecimiento, pero también es importante disponer de cobertura por si se produjese algún accidente que impida al afectado continuar con el normal desarrollo de su actividad profesional y personal. Contratar un seguro de vida es fundamental para proteger el futuro familiar.
Más allá de la indemnización que podrán recibir tus familiares en el momento en el que tú faltes, también es de gran ayuda para aquellos casos en los que se ha comprado una vivienda en pareja, ya que si la otra parte no tiene posibilidad de hacerse cargo de la hipoteca, al disponer de un seguro de vida vinculado al pago de la misma, la aseguradora será quién abone la deuda pendiente si falleces.
Dada esta situación, es habitual que en este tipo de seguros se incluya la gestión de todos los trámites derivados del fallecimiento, un procedimiento poco agradable para los allegados del difunto, quienes tienen que dedicar tiempo y esfuerzo a realizar distintos papeleos y gestiones en unos momentos complicados.
Otros motivos por los que contratar un seguro de vida
Además de los motivos comentados, existen otras razones por las cuales puede ser recomendable contratar un seguro de vida, como sucede en el caso de empresarios y autónomos, que gracias a ellos pueden tener la garantía de que el negocio pueda continuar con su actividad cuando fallezcan.
Asimismo, permiten garantizar la estabilidad futura y el cuidado de personas que puedas tener a tu cargo. Cuando se es responsable de una persona dependiente, un pensamiento recurrente es el de qué sucederá con ella cuando se fallezca, y gracias a los seguros de vida se puede asegurar el pago de una residencia o de un cuidador, o bien poder facilitarle los ingresos suficientes para que pueda continuar con su vida.
Más allá de una posible hipoteca, hay otras cuestiones que pueden preocuparnos una vez que fallecemos, como es el hecho de dejar a la familia en herencia el pago de créditos o deudas en tarjetas de crédito, lo que en algunas ocasiones puede dejarlos en una situación económica difícil. En cambio, con la contratación de un seguro de vida, los familiares podrán usar el dinero de la indemnización para pagar las deudas y así mantener su tranquilidad financiera.
Por último, si no se tiene contratado un seguro de decesos, la indemnización del seguro de vida podrá ayudar a los familiares a pagar los gastos derivados de un entierro o incineración, además de ser un apoyo para pagar el impuesto de sucesiones.
Teniendo todo lo anterior en cuenta, el seguro de vida es una opción que todo el mundo debería contemplar, ya que permite garantizar una mayor tranquilidad futura para la familia o para el propio asegurado, además de que en algunos casos se ofrecen servicios adicionales como orientación médica, segunda opinión médica en caso de enfermedad grave o asesoramiento sobre nutrición, alergias….
