Alemania no quiere gastar más dinero en niños y ancianos: propone una red de voluntarios para cuidarlos

    • Alemania se hace alarmantemente vieja: pasará de 81 millones a menos de 70 en el año 2060.

    • Los políticos dejan en manos del altruismo parte de la solución a este cambio demográfico.
Un grupo de jubiladas alemanas.
Un grupo de jubiladas alemanas.

(María Torrens Tillack, enviada especial a Berlín)

Alemania pierde fuelle. No solo porque ahora también pese la amenaza de recesión sobre la súper potencia europea, sino porque se queda sin habitantes y sin trabajadores. De los 81-82 millones que conforman hoy la población germana, en menos de 50 años pasará a acoger solo a entre 65 y 70 millones, según las estimaciones oficiales.

A Alemania le faltan trabajadores ahora y en el futuro cercano. En la actualidad tiene 800.000 vacantes de empleos cualificados por cubrir, pero lo peor vendrá en 2030, cuando una ola de jubilaciones dejará al país con seis millones menos de trabajadores. Por entonces, un 29% de los alemanes serán mayores de 65 años y la tasa de natalidad está estancada desde los años 70 en menos de dos niños por mujer.

¿Cómo asegurar la calidad de vida de la envejecida población? ¿Cómo garantizar el cuidado que necesitarán los pocos niños que nacen (1,36 por mujer)? Y con todo ello: ¿cómo conservar la productividad? Estos son algunos de los problemas más importantes que se plantean ahora. Por eso el Gobierno de Angela Merkel ha promocionado un plan de contraataque ante este drástico cambio demográfico.

Gobierno central, estados federados y municipios se pusieron de acuerdo el pasado octubre en un programa inicial para abordar la situación. Entre las prioridades establecidas por consenso destacan en este contexto:Reforzar la familia con una buena conciliación laboralVida independiente de los ancianosGarantizar la calidad de vidaSin presupuesto para combatir el cambio demográfico

Las diversas comisiones que trabajan en estos y otros problemas del envejecimiento de su población no disponen de presupuesto alguno para llevarlo a cabo. Ello a pesar de que es una problemática que ha movilizado a administraciones a todos los niveles para combatirla, y a pesar de que el Ministerio de Educación ha declarado 2013 como el "Año Científico para la Oportunidad Demográfica" en un intento de preparar a los alemanes para lo que se les viene encima.

Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina (se celebrarán en septiembre) y a la espera de las primeras conclusiones de los grupos de trabajo mixtos en mayo, Berlín no puede concretar cómo se desarrollará este plan. Gran parte de la solución recae, según las primeras discusiones, en un llamativo –aunque dudoso- plan: confiar en que una red de voluntarios proporcione diversos servicios sin coste adicional.

"Suponemos que el cuidado de los niños o ancianos en el vecindario, se haría de forma voluntaria, por ejemplo para hacerles la compra", indica Marie-Luise Streeck, la jefa de división del cambio demográfico en el Ministerio del Interior, desde donde se coordina el plan. Así se ahorrarían plazas en residencias geriátricas y la falta de guarderías en gran parte del país dejaría de ser una preocupación.

"Tenemos objetivos confrontados", explica Alwin Proost, jefe de la división "Cambio Demográfico" en el Ministerio para la Familia, Personas Mayores, Mujeres y Jóvenes. Elisabeth Winkelmeier-Becker del gobernante partido CDU y su representante en la comisión parlamentaria para la familia lo admite: "Entre los colegas de distintos partidos [en la Comisión] no hay tanto conflicto [para resolver el cambio demográfico], sino más con otros departamentos de otros ministerios donde tienen otros objetivos".

"Uno de los principales objetivos es reducir la deuda pública", aclara Proost. Alemania no puede adquirir nuevas deudas a partir de 2016 a nivel central y a partir de 2020 a nivel federal.

Y añade que "el Gobierno no provee un paquete de soluciones para cada persona. La solución depende de los individuos y nosotros podemos apoyarles. Por eso los voluntarios juegan un papel tan importante".Más esperanzas que garantías para conseguir voluntarios

¿Alguna garantía de que vaya a haber suficientes voluntariospara cumplir esas funciones? No exactamente. Streeck justifica este plan solidario en la –según ella- arraigada cultura voluntariosa de Alemania, donde sí es cierto que servicios públicos como las brigadas anti incendios están compuestas por personas que ofrecen su tiempo libre a esta función.

Asegura también que varios estudios demuestran que los mayores de 65 años se sienten diez años más jóvenes y están dispuestos a adquirir un rol más activo en la sociedad. Y jubilados no le faltarán a Alemania en las próximas décadas (aunque se está elevando progresivamente la edad para el retiro laboral a los 67 años). La idea es darle la vuelta a la tortilla y aprovechar que la población mayor al fin y al cabo disfruta -cada vez más- de buena salud durante más tiempo.(Puedes leer más sobre la lucha contra el cambio demográfico y la 'operación inmigración' de Alemania para cubrir sus bajas laborales AQUÍ).

Hannes Lauer cumple el perfil de jubilado esbozado por el programa que coordina Streeck. Lleva jubilado desde que cumpliera los 60 años y ahora, con 68, este capitán de barco lleva ocho años como voluntario en la Casa Creativa de Berlín, una suerte de centro cultural con una amplia y económica oferta de actividades, donde ofrece paseos a los niños en barco por los canales de la capital alemana.

Con una pensión de 1.250 euros netos al mes, no cree que el Gobierno pueda ayudarle cuando envejezca más allá de proporcionarle este dinero. Tampoco le interesa: "Quiero que me dejen tranquilo".

Además, ya sabe que se mudará a casa de su nuera cuando ya no pueda defenderse por sí mismo, así que no tiene que plantearse los problemas que podrían ofrecerle la mudanza a una residencia o la búsqueda de ayuda en su hogar.1 | 2 SIGUIENTE>>

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