Alternativa a la cogeneración

La nuclear posiciona los mini reactores como alternativa para el reto energético

Los pequeños reactores modulares aspiran a formar parte del nuevo mix energético y convivir con las futuras fuentes de energía. Son más baratos, menos contaminantes y pueden sustituir a la cogeneración. 

Central Nuclear
La nuclear posiciona los mini reactores como alternativa para el reto energético
Patrick Federi / Unsplash

Cubrir las necesidades de hogares e industria ante el próximo invierno sigue centrando el debate del sector energético en Europa, que intenta encajar las medidas y nuevas inversiones que se requieren dentro de la transición ecológica y el pacto verde. En cambio, los modelos alternativos que proclaman distintos países coluden con el "todos a una" que se intenta proclamar desde Bruselas, y ante esta situación, tanto la industria como la ciencia están sumidos en una lluvia de ideas  casi constante para aportar soluciones que permitan garantizar el suministro y cumplir las exigencias medioambientales que se ha impuesto la Unión Europea para el año 2030. 

En medio de todo debate energético siempre aparece la energía nuclear, una opción que España descarta mientras Francia intenta potenciar para lograr la independencia energética de los combustibles fósiles o de terceros países. Mientras el Gobierno de España ha decidido no variar su postura de cierre progresivo de las nucleares pese al contexto actual, el ejecutivo francés liderado por Enmanuel Macron ha basado todo su futuro en renovar el parque de centrales que ya tiene -la mayoría, con graves problemas de seguridad y corrosión-, además de proponer otras nuevas. 

Más allá de las decisiones políticas, el sector nuclear europeo no se da por vencido y apuesta por reinventarse para tratar de cumplir con los criterios de energías baratas, que apenas generen residuos y puedan garantizar el suministro cuando sea necesario. Así es como son cada vez más las voces que piden facilitar la puesta en marcha de pequeños reactores nucleares modulares (SMR), que son capaces de producir hasta 300 MW de potencia eléctrica y podrían ser una alternativa válida a las centrales de cogeneración. 

A juicio del investigador Luis Felipe Durán, de la Universidad Politécnica de Madrid, estos pequeños reactores servirían como complemento a un mix eléctrico basado en las renovables, ya que por su tamaño pueden adaptarse a otras infraestructuras ya existentes o incluso transportarse para cubrir necesidades puntuales. Así lo defiende en su artículo "Pequeños reactores modulares: el futuro de la energía nuclear", publicado en la revista de ingeniería civil del CEDEX en colaboración con los investigadores Samantha Larriba y Antonio Jiménez. 

Estos reactores, que también ofrecen importantes garantías de seguridad, tienen como factor diferencial el económico. Construir una central nuclear con un reactor convencional desde cero requiere de una enorme inversión inicial y unos 10 años para completar su construcción. En su versión reducida, los tiempos bajan hasta los 3 años y su desarrollo es modular, de forma que se puedan implantar de forma progresiva en casi cualquier lugar, al tener menos necesidades de refrigeración o volcado a la red eléctrica.  

A los menores tiempos de instalación se suma el coste de los minireactores, muy inferior al de sus hermanos mayores. "Un SMR de 100 MWe tendría un coste inicial de alrededor de 500 millones de euros, sustancialmente inferior a los 5000 millones de un reactor de generación III y III+", afirma Durán en su texto. El coste de la energía generada oscilaría entre los 45 y 90 euros/MWh, lo que les permite competir directamente con las centrales de ciclo combinado, aunque no con una nuclear estándar.

Otro de los grandes valores de esta nueva alternativa energética está en que puedan ser utilizadas para otros procesos productivos: desde el apoyo a las calefacciones de distrito a la desalinización; como sustitutivo al gas en la cogeneración o incluso para producir hidrógeno, una aplicación que ya ha tenido en consideración el Reino Unido. Otros de sus usos asociados son para propulsión espacial o incluso para suministrar electricidad a zonas poco accesibles, como ya hace Rusia en el mar de Bering con la primera central nuclear flotante de la historia basada en esta tecnología. 

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