Nuevo tropezón en la relación entre el Gobierno argentino e YPF

  • La relación entre el gobierno argentino y la petrolera YPF, controlada por la española Repsol, ha sufrido un nuevo tropezón por la presión del Ejecutivo a la compañía para garantizar el abastecimiento de gasóleo pese a normativas que obstaculizan el cumplimiento de los compromisos de la empresa.

Natalia Kidd

Buenos Aires, 17 feb.- La relación entre el gobierno argentino y la petrolera YPF, controlada por la española Repsol, ha sufrido un nuevo tropezón por la presión del Ejecutivo a la compañía para garantizar el abastecimiento de gasóleo pese a normativas que obstaculizan el cumplimiento de los compromisos de la empresa.

Fuentes del sector consultadas hoy por Efe indicaron que YPF, el mayor proveedor de gasóleo al mercado local, ha tenido dificultades para acceder al mercado de cambios a partir de las nuevas medidas de control dispuestas por el Gobierno para frenar la fuga de capitales.

La petrolera, al igual que otras grandes empresas que operan en Argentina, ha tenido dificultades para acceder a las divisas necesarias para importar gasóleo, una operación que la firma necesita realizar para atender debidamente a una demanda creciente.

"YPF produce gasóleo en Argentina y ha realizado inversiones para aumentar la producción, pero para abastecer a la demanda, que es creciente, debe importar", indicaron las fuentes, que calcularon que 62 % del gasóleo importado por Argentina el año pasado lo compró YPF.

La petrolera, cuya dirección ejecutiva está en manos del grupo argentino Petersen (25,46% de las acciones de YPF), notificó el martes pasado al secretario de Energía, Daniel Cameron, que tiene dificultades para importar por los problemas en el mercado de divisas.

Cameron respondió este jueves que la firma debe importar gasóleo porque no ha realizado las inversiones necesarias para aumentar la producción local y advirtió que "adoptará las más enérgicas medidas ante la evidencia de falta de cualquier tipo de combustible".

Según fuentes del sector, el abastecimiento de gasóleo es actualmente "normal" porque la demanda del sector agropecuario ha bajado por la sequía, pero puede complicarse si YPF "sigue sin poder importar".

En las últimas semanas, y en medio de rumores de una posible nacionalización de la compañía nunca confirmados ni desmentidos por el Gobierno, el Ejecutivo de Cristina Fernández ha incrementado su presión para que YPF aumente sus inversiones, que, según la propia petrolera, crecieron un 50 por ciento hasta alcanzar el año pasado un récord de 3.057 millones de dólares.

En enero pasado, YPF y otras cuatro petroleras fueron denunciadas por el Gobierno por un supuesto "abuso de posición dominante" en el mercado de gasóleo y las autoridades les obligaron a unificar los precios de este combustible a granel con el de precio de venta minorista.

A inicios de este mes, el Gobierno anunció la suspensión de dos programas de incentivos económicos a grandes petroleras, entre ellas YPF.

Luego vino una andanada de críticas de altos funcionarios a la petrolera por la falta de inversión en producción y exploración de hidrocarburos, a las que se sumaron advertencias de las provincias petroleras sobre una eventual revisión de los contratos de concesión de áreas.

En este contexto, Antonio Brufau, presidente de Repsol (57,43% de YPF), se reunió la semana pasada en Buenos Aires con autoridades argentinas para hablar sobre los planes de la petrolera, que este miércoles fue sancionada por el Fisco por una deuda tributaria de 8 millones de dólares.

Con activos por valor de 52.861 millones de pesos (12.096 millones de dólares) y un patrimonio neto que al 30 de septiembre último ascendía a 20.763 millones de pesos (4.751 millones de dólares), YPF es la mayor productora de hidrocarburos de Argentina.

En los primeros nueve meses de 2011 la petrolera registró una ganancia neta de 4.506 millones de pesos (1.031 millones de dólares), un 1,61 por ciento menos que en el mismo período de 2010.

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