Nuevos pasos hacia el desastre

  • Europa dio esta semana nuevos pasos hacia el desastre, con la potencial quiebra de Grecia, las desavenencias en el Banco Central Europeo (BCE) y las sucesivas advertencias del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Madrid, 10 sep.- Europa dio esta semana nuevos pasos hacia el desastre, con la potencial quiebra de Grecia, las desavenencias en el Banco Central Europeo (BCE) y las sucesivas advertencias del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El lunes, con Nueva York cerrada por festivo (Día del Trabajo), las bolsas europeas cayeron a mínimos de dos años por el temor a que la débil recuperación económica dé paso a una recesión global.

La directora gerente del FMI, la francesa Christine Lagarde, hizo una advertencia en ese sentido que agregó temor en un ambiente de por sí aterrorizado.

El martes, las pérdidas bursátiles se moderaron y las ganancias recogidas en Londres y Zúrich hicieron pensar que la tormenta amainaría. Pero fue cosa de dos días.

El tribunal constitucional alemán dictaminó el miércoles la legalidad del rescate de la zona euro a Grecia y las consiguientes ayudas concedidas a través del fondo de rescate.

Los avances bursátiles de ese día y el jueves chocaron el viernes con otro desplome, sobre todo por los rumores de una inminente suspensión de pagos de Grecia y su posible abandono del euro.

Atenas parece haber fracasado en el cumplimiento de las metas asumidas con sus socios europeos y el FMI a cambio del rescate de 110.000 millones de euros acordado en mayo y reforzado en junio.

Alemania, con el sistema bancario más expuesto por la crisis griega, y Holanda apretaron las tuercas al Gobierno de Atenas, que anduvo enredado por desmentidos, descalificaciones de rumores y reiteraciones de cumplimiento total de sus obligaciones.

Los bancos tenedores de deuda griega, alemanes y franceses sobre todo, resultaron especialmente castigados por los inversores.

Desde finales de julio el sector bancario europeo ha perdido casi una tercera parte de su valor en bolsa y se han sucedido las advertencias sobre la necesidad de recapitalización, que Alemania ya ha podido planificar para los suyos.

La Comisión Europea tuvo que desmentir el jueves que esté en debate la salida de Grecia de la zona del euro.

La sorpresiva dimisión, el mismo viernes, del economista jefe del BCE, el alemán Jürgen Stark, agitó más los mercados ya que esa renuncia es producto de la división en el consejo de gobierno de la institución sobre la reanudación del programa de compra de deuda soberana, sobre todo de España e Italia.

Esa posición de Stark está, según los analistas, en sintonía con la del Gobierno germano y en confrontación con la del presidente del BCE, el francés Jean-Claude Trichet, quien defendió el jueves la compra de esos bonos.

La renuncia de Stark debilitó el euro a su valor mínimo desde febrero en el nivel de 1,37 dólares.

El BCE comunicó que abandona el endurecimiento de la política monetaria (por el momento no volverán a subir los tipos de interés) mientras hacía un recorte notable en su previsión de crecimiento de Europa para este año y el próximo.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sumó su voz para alertar sobre la posibilidad de una recesión en algunas grandes economías y revisó a la baja sus perspectivas para los siete países más ricos, menos Japón.

Por su parte, la Unctad advirtió de que la economía mundial va al desastre si los gobiernos insisten en aplican ajustes que ahogan el consumo, destruyen las expectativas del sector público y los hogares y paralizan las inversiones.

En Estados Unidos la Reserva Federal constató el débil ritmo del crecimiento y manifestó su disposición a estimular la alicaída economía, sin precisar cómo, coincidiendo con el anuncio de que el sector servicios, que supone más de tres cuartas partes del productor interior bruto, aceleró su crecimiento en agosto.

El jueves, el presidente Barack Obama lanzó un plan de empleo de 447.000 millones de dólares para relanzar la debilitada economía de Estados Unidos, al que los mercados respondieron con frialdad por el temor a que se complique su tramitación en el Congreso.

En Italia, el Gobierno introdujo nuevas medidas al paquete de ajuste -que fue aprobado por el Senado- como el aumento del IVA del 20 al 21 %, un impuesto del 3 % a las rentas superiores a 300.000 euros y el límite constitucional al endeudamiento público.

En España se supo que las comunidades autónomas han quedado a medio año a una décima del déficit comprometido para todo 2011 y quedó aprobada la reforma constitucional que establece la estabilidad presupuestaria.

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