OCDE alerta sobre el impacto que tendrá el descenso en el gasto sanitario

  • El gasto sanitario en los países de la Unión Europea (UE) ha caído por primera vez desde 1975 como consecuencia de los recortes aplicados por la crisis económica, señaló hoy la OCDE, que advirtió sobre el impacto que ese descenso puede tener.

París, 16 nov.- El gasto sanitario en los países de la Unión Europea (UE) ha caído por primera vez desde 1975 como consecuencia de los recortes aplicados por la crisis económica, señaló hoy la OCDE, que advirtió sobre el impacto que ese descenso puede tener.

En su última edición del informe "Panorama de la Salud", difundido hoy, el organismo precisa que en 2010, último año del que se recaban los datos, hubo una caída media del 0,6 por ciento, que invirtió la tendencia al alza registrada hasta entonces.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recuerda que entre los años 2000 y 2009 se dio un crecimiento medio anual del 4,6 %, así como que en esos años el gasto sanitario por persona se llegó a incrementar en algunos Estados a un ritmo hasta cuatro veces más rápido que el de los ingresos.

Irlanda, con una caída del 7,9 por ciento, experimentó el mayor descenso en 2010, seguida de Estonia y de Grecia, en donde los porcentajes llegaron al 7,3 y al 6,7 por ciento, acabando en ese último país con el aumento medio del 5,7 por ciento registrado en los nueve años anteriores.

La caída en España, según ese informe, se situó justo por encima de la media europea, con un retroceso del 1 por ciento.

La OCDE destaca que en muchos países el gasto sanitario se mantuvo en 2009 aunque su PIB cayera, pero recalca que a partir de 2010 empezaron a notarse los efectos de las medidas para reducir ese tipo de gasto como parte de los esfuerzos para minimizar los déficits presupuestarios.

El informe, en esa línea, advierte de que la reducción o ralentización de las inversiones dedicadas a la sanidad en casi todos los países de la UE pueden tener un impacto a largo plazo en los objetivos fundamentales de los sistemas sanitarios.

Entre las medidas a las que los países han recurrido para solventar la falta de fondos, según la OCDE, está el recurso al copago, la aplicación de políticas centradas en determinados productos o un mayor control de precios y volúmenes.

El organismo deja constancia además de que la crisis se ha notado también en el gasto farmacéutico, que de 2000 a 2009 creció de media un 3,2 por ciento, pero registró un crecimiento nulo un año después.

E igualmente, lamenta que solo el 3 por ciento del presupuesto sanitario se dedicara en 2010 a programas de prevención de enfermedades, pese a que el coste de ese tipo de inversiones, según su informe, es mucho más efectivo que el que luego se debe destinar al tratamiento de las enfermedades.

Así, apunta por ejemplo a la carga que puede suponer el hecho de que más de la mitad de los adultos de la UE padecen sobrepeso y de que un 17 % está obeso, un porcentaje que se ha duplicado desde 1990 en muchos países europeos, y que oscila entre el 8 por ciento en Rumanía y Suiza y el 25 por ciento en Hungría y el Reino Unido.

La obesidad y el tabaco, de hecho, se mantienen como los principales riesgos de padecer enfermedades cardíacas, que según los datos recabados por la OCDE, son responsables del 36 por ciento de las muertes registradas el año pasado en la Unión.

La OCDE precisa que el 73 por ciento del gasto sanitario recae en el sector público, un dato que no ha variado significativamente en los últimos 20 años, y añade que pese a los recortes, se ha dado un aumento en el número per cápita de doctores, que ha pasado de 2,9 por cada 1.000 habitantes en el año 2000 a 3,4 en 2010.

Ese aumento no evita que persista un desequilibrio entre el número de médicos especialistas frente a los generalistas, que el organismo atribuye a una mayor remuneración de los primeros y a un menor interés en las actividades que practican los médicos de familia.

Y esa bajada le sirve para alertar sobre la carencia actual o futura que pueda sufrir el cuidado sanitario de determinados grupos de población, agravada por el hecho de que también se observa una escasez en el número de enfermeras, que juega según la OCDE un "rol crítico" en esa atención.

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