Rastrearon el pago

Olvida un premio de 202.000 euros en una máquina averiada de Las Vegas

Robert Taylor jugó a una de las clásicas máquinas tragaperras de un casino de Las Vegas, pero un error en el programa hizo que no saltasen las alarmes y no se enteró de que era el ganador del mayor bote.

Billetes de euro.
Billetes de euro.
Imagen de wirestock en Freepik.

Más allá de la lotería o el Euromillones, muchas personas apuestan por jugar en las clásicas máquinas de azar, conocidas como "tragaperras", instaladas en bares o casinos. En estos casos se acumulan grandes premios, aunque no es sencillo ganar sin desembolsarse grandes cantidades. Sin embargo, a veces la suerte llega para algunos. Robert Taylor es un turista que acudió junto a su familia a Las Vegas por un viaje y como es habitual decidió jugar unas monedas a una de estas máquinas en el Hotel Treasure Island.

Para su sorpresa, la máquina falló y no obtuvo ningún premio por lo que se marchó sin nada. A pesar de que el personal del casino comprobó el sistema para detectar el error, la familia no pudo quedarse por más tiempo debido a una reserva para cenar a la que debían acudir. Por las molestias, el personal de hotel le pagó el crédito de 40 dólares que se había quedado atascado. "Se fue del casino pensando que la máquina había fallado y que no había ganado", dijo James Taylor, responsable de los juegos en el hotel, a The Washington Post.

Taylor y su familia volvieron a casa después de su viaje y tres semanas después recibió una curiosa llamada del casino. Las buenas noticias entusiasmaron al jugador que, a pesar del error informático, había ganado un total de 229.368,52 dólares, lo que al cambio son unos 202.000 euros.

Localizaron al ganador

Según explican desde la Junta de Control de Juegos de Nevada, tardaron varias semanas en localizar al acertante. De hecho, tuvieron que revisar las cámaras de seguridad de forma exhaustiva y realizar varias entrevistas a testigos para dar con su nombre. Finalmente, lo encontraron gracias a los datos de la tarjeta de crédito con la que habían pagado un servicio de transporte privado.

La familia tuvo que aportar fotografías de cómo se habían vestido esa noche y detalles de su reserva para identificarse como los ganadores de ese gran premio. Al coincidir con las imágenes disponibles, Taylor pudo reclamar su premio e ingresar ese cuantioso cheque.

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