ONG piden el apoyo de la sociedad para lograr acabar con el tráfico de armas

  • Varias ONG españolas, miembros de la campaña internacional Armas Bajo Control, ha lanzado una campaña para que ayuntamientos, parlamentos y organizaciones sociales pidan al Gobierno que apoye un nuevo tratado de Comercio de Armas que sea "claro, directo y jurídicamente vinculante".

Madrid, 3 may.- Varias ONG españolas, miembros de la campaña internacional Armas Bajo Control, ha lanzado una campaña para que ayuntamientos, parlamentos y organizaciones sociales pidan al Gobierno que apoye un nuevo tratado de Comercio de Armas que sea "claro, directo y jurídicamente vinculante".

Por medio de un comunicado, organizaciones como Amnistía Internacional, Fundació per la Pau e Intermón Oxfam han explicado que el objetivo de la campaña es movilizar a la sociedad ante la reunión convocada por la ONU para el próximo mes de julio en Nueva York para redactar un nuevo Tratado de Comercio de Armas internacional.

Para las ONG, es una gran oportunidad para "poner fin a décadas de comercio irresponsable de armas mediante un conjunto de leyes legalmente vinculantes".

"¿Cómo es posible que la venta de plátano esté mucho mejor controlada que la venta de ametralladoras? Sencillamente, esto no tiene sentido. Esta situación es insostenible, y hace tiempo que los distintos países debieron forjar un acuerdo jurídicamente vinculante sobre la transferencia de armas" ha afirmado el portavoz de Intermón Oxfam para la campaña, Francisco Yermo.

Así, el informe destaca que, mientras la mayor parte del comercio mundial de bienes de consumo -incluidos plátano, café y cacao- se encuentra fuertemente regulado, no existen criterios sólidos y eficaces, legalmente vinculantes y de aplicación universal que ponga normas al comercio de armas.

"En su lugar, hay un intrincado mosaico de acuerdos regionales y sub-regionales carente de estructura y coherencia, lo que permite a los estados continuar la importación y el comercio de armas a pesar de los embargos", precisa.

Por ello, la cita de Nueva York supone una oportunidad única para garantizar que el nuevo tratado sea lo suficientemente fuerte y capaz de "detener de forma inequívoca las transferencias de armas allí donde puedan exacerbar el conflicto o la pobreza o servir para realizar violaciones de los derechos humanos".

Como ha explicado Yermo, los embargos de armas en vigor "son demasiado fáciles de violar o de pasar por alto; la falta de regulación internacional significa que los estados sometidos a embargos han importado impunemente todas las armas que les han interesado".

Así, el informe detalla que, desde hace más de 10 diez años, varios estados han violado embargos y continúan comerciando con armas a escala masiva, en un comercio que mueve miles de millones en países sujetos a embargo

Desde el año 2000, 26 países sometidos a supuestos embargos han "burlado flagrantemente" las prohibiciones e importado armas y municiones por un valor de más de 2.200 millones de dólares.

El informe también demuestra la manera en que la falta de obligaciones sólidas y jurídicamente vinculantes sobre la venta y transferencias de armas ha permitido, por ejemplo, el flujo constante de material bélico hacia Siria.

En 2010 el país importó sistemas de defensa aérea y misiles por valor de 167 millones de dólares, así como 1 millón de dólares en armas pequeñas y ligeras, municiones y materiales.

Estas armas han desempeñado un papel fundamental en la represión del gobierno sirio contra los manifestantes, donde 8.000 personas han perdido la vida desde enero de 2011, según estimaciones de las Naciones Unidas.

Otro países que han importado armas pese a estar sometidos a un embargo internacional son Myanmar (600 millones de dólares entre 2000 y 2010), Irán (574 millones de dólares entre 2007 y 2010) y la República Democrática del Congo (124 millones de dólares entre 2000 y 2002), detalla el informe.

Conscientes de estas limitaciones, las ONG exigen que el próximo tratado "imponga a los estados obligaciones estrictas, legales e inequívocas" para controlar el comercio mundial de armas y que incluya criterios jurídicamente vinculantes que impidan las transferencias de armas".

"Nuestra posición es clara: un tratado débil sería peor que no tener tratado alguno, ya que no haría más que legitimar el defectuoso sistema existente" ha concluido Yermo.

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