Finanzas personales

Qué es pignorar un préstamo y cómo se hace

Cuando hablamos del término pignorar nos estamos refiriendo a dejar en prenda uno o varios bienes como garantía adicional de pago, por lo general ante un prestamista.

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La pignoración de un préstamo es una fórmula a la que se recurre en la banca para asegurar operaciones financieras, como sucede en aquellas ocasiones en las que el perfil de quien solicita un préstamo, no ofrece todas las garantías que se necesitan para demostrar que tendrá la capacidad de devolver el dinero prestado.

De esta manera, nos encontramos ante uno o varios activos físicos o financieros que pueden pertenecer al titular del préstamo o a un tercero que, en vez de ejercer como avalista, opta por la pignoración de un bien del que es propietario para limitar el riesgo. Existen diferentes bienes que se pueden pignorar, tales como inmuebles (garajes, casas, locales…), vehículos (coches, motos y otros vehículos), cuentas bancarias, joyas e inversiones (acciones, carteras indexadas, bonos…). En cualquier caso, la entidad que ofrece el préstamo tendrá que evaluar si el bien presentado es suficiente para poder cubrir la garantía del préstamo.

Lo más importante que se debe conocer al respecto es que, al pignorar un préstamo, no se puede usar esa propiedad, por lo que, si se trata de una casa, no se podrá alquilar, vender o utilizar, y lo mismo sucede con joyas, vehículos, locales….

Dado el caso en el que se produzca un impago por parte del cliente, el banco tendría la posibilidad de proceder a la ejecución del derecho a quedarse con el bien pignorado y recuperar así su dinero. Así pues, es un recurso más que la entidad que otorga el préstamo tiene a su disposición como garantía de que podrá recuperar el capital prestado, aunque sea a través de un bien.

Aunque su funcionamiento puede parecer similar a un préstamo con garantía hipotecaria, en la que el banco se queda con el inmueble si no se pagan las cuotas correspondientes, existen algunas diferencias claras entre ambas. Una de ellas es que el bien pignorado pasa a estar custodiado por el prestamista, lo que hace que mientras dura el préstamo no se podrá usar el mismo de ninguna manera. Asimismo, a diferencia de un préstamo hipotecario, en la pignoración se pueden ofrecer diferentes bienes físicos o financieros, siempre que lleguen a alcanzar el valor del préstamo concedido.

¿Cuándo es aconsejable pignorar un préstamo?

La pignoración puede ser el medio para poder acceder a la financiación tanto en el caso de clientes particulares como empresas, siendo una forma útil de ofrecer garantías de pago reales ante posibles préstamos. Además, los costes de pignorar son, generalmente, inferiores a los de formalizar una hipoteca.

Pese a todo, no siempre es recomendable recurrir a ella, aunque sí lo será en aquellas ocasiones en las que se necesita un préstamo y no hay alternativa para obtenerlo. Si no posees un historial crediticio sólido o no cumples con otros de los requerimientos de las entidades bancarias para poder obtener un préstamo, podría ser la única opción viable de conseguir financiación.

También lo es cuando tienes un bien de alto valor que no usas, puesto que, si dispones de un segundo inmueble, obras de arte, joyas, etcétera, que tienen un valor alto y que no usas, podrás utilizarlo para obtener dinero en efectivo mediante un préstamo.

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