Presupuestos versus crisis

Carlos Serrano-Conde

Madrid, 19 oct.- Los presupuestos generales del Estado para 2014 se enfrentan esta semana al primer obstáculo de su trámite parlamentario con el debate de totalidad en el Congreso, en el que el Gobierno y la oposición insistirán en sus posiciones: el primero defenderá que combaten la crisis y sus oponentes justo lo contrario.

Para el Gobierno, estos son unos presupuestos que favorecen el crecimiento económico, todo lo contrario de lo que opinan todos los grupos de la oposición, que han presentado diez peticiones de devolución del texto al Ejecutivo para que elabore otro.

Los vetos han sido presentados por PSOE, CiU, La Izquierda Plural, UPyD, PNV, ERC, Amaiur, CC, Geroa Bai y BNG, que han tildado los presupuestos de "tramposos", "insolidarios" e "ineficaces" para salir de la crisis.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha aprovechado un acto organizado hoy por el PP en Santander para reclamar a la oposición que el debate sea "constructivo" y "positivo", y ha añadido que en 2014 los españoles diremos definitivamente adiós a la crisis.

El presupuesto que debatirán a partir del martes los grupos parlamentarios se basa en un crecimiento económico del 0,7 % el próximo ejercicio, con una ligera caída de la tasa de paro, hasta el 25,9 %, un déficit público del 5,8 % del PIB y un volumen de deuda equivalente al 98,9 % del producto interior bruto.

Pero mientras que los diputados estarán pendientes del debate, los inversores en bolsa estarán muy atentos a las ofertas para poder comprar títulos que les reporten beneficios.

Las expectativas son buenas, favorecidas por el impulso que proporciona el haber sobrepasado en la sesión de ayer la barrera psicológica de los 10.000 puntos. Por poco, pero se consiguió.

Parece que la bolsa apuesta por un pronto abandono de la recesión en España y una mejora económica que, aunque leve, permita iniciar la recuperación.

El acuerdo de los republicanos y los demócratas estadounidenses, que ha permitido elevar el techo de deuda y por tanto evitar que la primera potencia económica del mundo entrara en suspensión de pagos, ha dado alas a los mercados bursátiles, que veían con cierta intranquilidad cómo avanzaban las horas sin encontrar una solución.

Al final, a pocas horas de que cumpliera el plazo, las dos fuerzas políticas alcanzaron el consenso necesario para evitar la debacle y permitir que la Administración volviera a funcionar al cien por cien.

Pese a haber evitado la suspensión de pagos, lo que está aún por ver es qué daños ha causado a la economía estadounidense, que habrá sufrido pérdidas millonarias, y a la credibilidad de los Estados Unidos en el mundo.

Estas disputas entre los republicanos y los demócratas, que se repiten en los últimos años, restan confianza en el sistema político estadounidense y supone un riesgo que las agencias de calificación de deuda no pasan por alto.

Algunos inversores coinciden en que la paralización parcial de servicios de la Administración a que obligó la falta de presupuesto obligará a retrasar, un poco más, la retirada de los estímulos financieros a la economía puestos en marcha por la Reserva Federal.

Unos estímulos que han permitido a Estados Unidos mejorar su economía y salir de la crisis.