Reforma laboral. El psoe rechaza que el trabajador pueda ser despedido si la empresa registra una caída en los ingresos


El secretario de Ideas y Programa del PSOE y exministro de Trabajo, Jesús Caldera, rechazó hoy la reforma laboral aprobada por el Gobierno, al considerarla un "estímulo para el despido" y no para la contratación. En particular, criticó que cualquier trabajador pueda sufrir un despido objetivo si la empresa registra una caída persistente de sus ingresos o ventas.
En una rueda de prensa en la sede del PSOE en Madrid, Caldera señaló que, pese a que su partido estudiará con cautela el contenido de la reforma y escuchará al Gobierno si les convoca y a los agentes sociales antes de detallar su posición sobre la reforma laboral, hay elementos con los que no puede estar de acuerdo ("es imposible", adelantó) e incluso puso en duda su legalidad o constitucionalidad.
Según el dirigente socialista, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, "tenía razón" cuando adelantó que iba a ser "una reforma agresiva"; lo es, en opinión de Caldera, "contra los derechos de los trabajadores", pues "no va a generar empleo sino que va a facilitar el despido", pues carece de elementos para favorecer la confianza y la contratación.
"El único objetivo es abaratar el despido", denunció, entreviendo tras la reforma una profunda "carga ideológica" de carácter neoliberal que retrocede en las conquistas de derechos laborales. "Bien sabía Rajoy lo que decía cuando dijo que este año habría una mayor destrucción de empleo", ironizó. "Está poniendo los medios para ello".
Pese a reconocer algunos puntos buenos en materia de bonificaciones, estímulos y formación, que en cualquier caso también propugnaba el PSOE, el exministro considera que "el corazón de la reforma es muy negativo", pues "abarata el despido" y "reduce la protección" de todos los trabajadores.
Esto incluye, puntualizó, a los nueve millones de indefinidos, que quedan sometidos a la eventualidad de un despido objetivo con 20 días de indemnización por año trabajado sólo con que una empresa, aunque siga registrando beneficios, vea disminuir durante nueve meses sus ingresos o ventas. "Díganme qué empresa no lo ha hecho en esta crisis", desafió.
Caldera también criticó el llamado contrato para emprendedores, empresas de menos de 50 trabajadores, porque eleva el período de formación a un año, de tal forma que "cualquier trabajador podrá ser despedido libremente al año sin indemnización alguna" y sin ningún control sobre ese despido.
Por último, denunció el "cambio copernicano" que supone derogar la ultraactividad de los convenios, "aspiración histórica de la patronal", dijo.

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