La 'reina del tequila' que empezó su negocio por un deseo de su padre

  • Educadora y modista, dejó sus trabajos para cumplir el sueño de su progenitor de tener un tequila propio elaborado artesanalmente.
Melly Barajas junto a sus trabajadoras de Vinos y Licores Azteca.
Melly Barajas junto a sus trabajadoras de Vinos y Licores Azteca.
Vinos y Licores Azet

No es sencillo comenzar un negocio de cero, sin casi conocimientos. Menos cuando es un negocio tan copado ya por distintas fábricas. Pese a esto, Melly Barajas Cárdenas, se adentró en el negocio del tequila y ahora es la dueña de un importante destilería. Natural de Guadajalara, en México, lleva más de veinte años dedicándose a la elaboración del tequila. Su condición de mujer es además una excepción en una industria dominada por hombres.

Esta mujer, pionera de alguna forma en esta industria, comenzó casi por accidente en este negocio. Apenas sabía nada del negocio y esta aventura comenzó como un deseo de su padre. Tenía dos trabajos, como educadora y como diseñadora de moda, que tuvo que dejar para poder dedicarse al 100% al destilado de tequila. Dos décadas después es conocida como la 'reina del tequila'.

"Todo nació de un deseo de mi padre. Sin quererlo, me dio un regalo de vida", afirma a BBC Melly Barajas. "Un día, mi padre leyó en una revista que en Europa habían otorgado a México la denominación de origen del tequila. Viajaba a Europa cada vez que podía. Y dijo que le gustaría tener un tequila con su nombre. Así empezó todo", afirma Barajas, feliz con ese deseo de su padre que se tradujo en su nueva forma de vida.

Aunque la historia ha tenido un final feliz, los comienzos no fueron fáciles. "Tenía que registrar una marca, firmar un convenio de corresponsabilidad, una especie de acuerdo entre asociaciones de trabajadores, seguir unas determinadas normas, reglamentaciones...Además, como ya hay una denominación de origen había que seguir todo al pie de la letra", cuenta.

Su empresa, Vinos y Licores Azteca, está formada al completo por mujeres, algo que fue tambié accidental. "Cuando pusimos los anuncios de trabajo, solo vinieron mujeres que querían trabajar en nuestra empresa. Muchos hombres emigran a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, por lo que la gran mayoría de la población que se queda es femenina", afirma Barajas. "Al principio no sabía si podríamos hacer algunos procesos del tequila, muy duros en lo físico. Pero se pudo", dice orgullosa.

Esta 'intromisión' femenina en un negocio tan masculino le granjeó al principio algunas críticas. "Hubo críticas porque era muy joven, no sabía nada del negocio y me decía que en dos o tres años tendría que cerrar. Pero también hubo otros tequileros de grandes empresas a los que les llamé la atención y me ayudaron durante mis comienzos. "Me daban consejos y decían "creo que estás haciendo mal esto" o me aconsejaban donde comprar las barricas. Hay todo tipo de hombres".

El negocio de Barajas ha logrado consolidarse, produciendo unos notables beneficios. Afirma que su gran acierto ha sido la exportación. "Si queríamos destacar teníamos que hacer todo lo mejor posible. Es un sector como muchos productores. En México hay demasiados, por lo que la mayoría de nuestro tequila es exportado. Empezamos con 300 litros diarios y ahora ya hacemos 3.000 al día".

Pese a no tener nada que ver con sus anteriores trabajos, considera que es un mundo excitante y lleno de obstáculos que solventar en el día a día. "Me gusta mucho crear y los retos. Y en el sector del tequila hay muchos. Empiezas a observar como puedes jugar con la naturaleza y a hacer tequilas especiales con distintos matices. Me llamó mucho la atención y sin darme cuenta ya estaba metida de lleno en esto", concluye Baraja. Un deseo, el de su padre, que se convirtió en su negocio de éxito.

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