Será más difícil para las grandes empresas acceder a un crédito

Ir a un banco, pedir un préstamo y salir con las manos vacías. Es el escenario que viven casi diariamente tanto la mayoría de las familias españolas como empresarios. Aunque dicen que la esperanza no se pierde, esta carestía de financiación bancaria seguirá en los próximos meses.

Sin embargo, las empresas serán las que hallen más dificultades a la hora de pedir un préstamo a largo plazo,ya que las entidades financieras recrudecerán las condiciones para acceder a este tipo de financiación.

También ese empeoramiento afectará a las grandes empresas. Una tónica que se generalizará en España, pero también en Europa en lo que queda de año, según una encuesta publicada por el Banco de España.

En lo últimos meses, las condiciones para solicitar un préstamo se mantuvieron estables para las empresas, excepto aquellos de largo plazo y los demandados por las grandes empresas. ¿El motivo? Las perspectivas de la actividad económica registraron un ligero empeoramiento.

Esta encuesta justifica la principal queja de los empresarios. Si las empresas no cuentan con financiación para sus proyectos a largo plazo, no se da salida a nuevas iniciativas, por lo que la generación de empleo también se queda estancada. Una pescadilla que se muerde la cola.

La pregunta que te harás es por qué los bancos no dan más financiación a las sociedades. La respuesta se encuentra en el alto coste que las entidades financieras a su vez tienen que pagar para lograr dinero en los mercados y las provisiones que deben realizar para cubrir el riesgo de ese tipo de préstamos.

En cuanto a los requisitos que la banca impone para dar préstamos hipotecarios, la encuesta espera que se mantengan en los próximos meses, aunque supone un alivio para los potenciales compradores de una casa, esas condiciones no son fáciles de reunir.

El único cambio registrado entre julio y septiembre en las hipotecas es que los plazos de vencimiento se recortaron modestamente por primera vez desde octubre de 2009 en España.

No obstante, las familias tanto españolas como europeas cada vez acuden menos a las sucursales a pedir financiación ante un deterioro adicional de las perspectivas de los hogares con respecto al mercado inmobiliario, así como la confianza de los consumidores.