En rueda de prensa, ha afirmado: "Volvemos a estar en la casilla de salida, con mucho sacrificio de mucha gente durante los años de crisis, y una lenta salida que todavía mucha gente no ha percibido. Estamos creciendo, pero todavía falta bastante trabajo para recuperar lo perdido".
Oliver ha definido 2015 como "el primer año de recuperación sólida", con avances tanto de la demanda interna como de la externa, consolidando el crecimiento del PIB iniciado en 2014 (2%) y seguido por una buena evolución de los nueve primeros meses de 2016, y ha augurado que, si no hay un shock exterior, la economía catalana es muy sólida y puede afrontar el futuro con una cierta tranquilidad.
Ha celebrado que hay más renta y más confianza, y ha identificado dos cambios estructurales que se han producido en los últimos años: la terciarización de la economía catalana --que ha pasado de un peso del 65% antes de la crisis al 75% actual, lo que añade riqueza pero también dependencia del sector servicios-- y las exportaciones --que han crecido a un ritmo elevado que en el pasado solo se daba si se producía devaluación de la moneda--.
TASA TURÍSTICA
Preguntado por los cambios que prepara la Generalitat en la tasa turística catalana para 2017 --aumentando el impuesto a los pisos turísticos y aplicándolo también a los cruceristas que pasan menos de 12 horas en Barcelona--, ha visto "difícil" que este tributo desplace demanda a otros lugares porque va en línea con lo que están haciendo otros países europeos como Francia y Alemania.
"Tiene sentido si no se hacen excesos --en el importe de la tasa--; si se quiere racionalizar la oferta no me parece una opción que no se pueda plantear", ha añadido.
También ha constatado la recuperación de la construcción, pero ha matizado que el sector está muy lejos todavía de los valores medios históricos, a los que ha pronosticado que tardará varios años en volver.
MAPA COMARCAL
El anuario analiza el crecimiento de la economía catalana por comarcas, en esta edición 42 tras la creación del Moianès, y recoge que en 2015 solo la Alta Ribagorça contrajo su economía (-0,1%, por el impacto negativo de la energía y debilidad de la agricultura), mientras que 20 comarcas se situaron por encima de la media catalana del 3,4%, principalmente las del eje mediterráneo y Catalunya central.
El Área Metropolitana de Barcelona tiene un peso del 75% de la economía catalana, por lo que es la que determina los datos generales, si bien las comarcas centrales también están impulsando el crecimiento, seguidas del eje de Girona, mientras que la provincia de Lleida es la que presenta un crecimiento más débil por la influencia de la evolución de la producción eléctrica, la agricultura y la construcción, según los datos de 2015.
En la comparativa de la evolución 2010-2015, el mejor comportamiento de los servicios privados y las manufacturas sitúa a las comarcas metropolitanas de Barcelona, las centrales y las de Girona como los territorios con un valor añadido bruto (VAB) más elevado que en 2010, mientras que los peores resultados en el periodo se han situado en las comarcas de Lleida y del sur de Catalunya.
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