Una crisis social

El coste de la soledad no deseada que sufre el 22% de los jóvenes y un 12% de ancianos

Según el “Informe sobre la soledad no deseada en adultos mayores”, publicado por el Instituto Santalucía, este problema tiene un impacto anual en España, entre costes sanitarios y productivos, de 14.141 millones de euros.

El impacto de la soledad no deseada en España
El impacto de la soledad no deseada en España
Pixabay / Engin_Akyurt

La sociedad más tecnológica e interconectada de la historia se ha convertido en el caldo de cultivo perfecto para la soledad no deseada, sobre todo entre dos colectivos especialmente vulnerables. Un 22% de los jóvenes y adolescentes y un 12% de los adultos mayores de 75 años se ven afectados por este problema en España, de acuerdo con un informe publicado por el Instituto Santalucía con datos relativos al año 2023. En el primero de ambos, el de los jóvenes, este fenómeno se ha ido haciendo más frecuente de unos años a esta parte. 

El Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada, creado por la Fundación ONCE, define este estado como "la experiencia personal negativa en la que un individuo tiene la necesidad de comunicarse con otros y percibe carencias en sus relaciones sociales, bien sea porque tiene menos relación de la que le gustaría o porque las relaciones que tiene no le ofrecen el apoyo emocional que desea".

Esta organización calcula que el 13,4% de los españoles sufrían soledad no deseada el año pasado. Se trata de un problema con más incidencia entre las mujeres (14,8%) que entre los hombres (12,1%) y quienes lo padecen aseguran llevar alrededor de seis años en esta situación. El estudio identifica como una de las causas principales de este estado la falta de convivencia o apoyo familiar o social, especialmente por el hecho de residir lejos de la familia, por haber dejado de convivir con las personas con las que se hacía o por la sensación de incomprensión percibida por parte de quienes nos rodean. Cita, igualmente, aspectos como el aislamiento geográfico o la dedicación al cuidado de terceros.

Pero hay además dos factores directamente relacionados con la economía que son los que afectan de forma más directa a los jóvenes. Está por un lado la realidad laboral (11,1%), sobre todo el hecho de sentir que se tiene demasiado trabajo y poco tiempo para el ocio (6,2%); y se especifica, por otro, el bajo nivel de renta. Este es un colectivo donde la precariedad está a la orden del día y que ha visto cómo su incorporación al mercado de trabajo se ha ido produciendo con peores condiciones a lo largo de la década posterior a la crisis financiera. 

Precariedad laboral, jóvenes y soledad

Una cuarta parte de las personas entre 16 y 29 años tiene contratos con jornadas de menos de 40 horas semanales. Ese 25,4% está doce puntos por encima de la media de toda la población activa, según el estudio 'Presente y futuro de la juventud española', publicado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). Casi la mitad de los jóvenes que tiene un contrato parcial querría trabajar a tiempo completo y, sin embargo, no consigue un puesto de trabajo con esas características. 

A las dificultades en el mercado de trabajo se añaden las de acceso a una vivienda, ya sea comprada (en el año 2000 el porcentaje de jóvenes con vivienda en propiedad rozaba el 70% y actualmente apenas llega al 30,7%) o arrendada. Mientras que el sueldo medio de una persona joven subió un 4,6% en 2022 -hasta los 13.079,19 euros netos al año-, el precio del alquiler lo hizo un 7,55% de media, denuncian desde la Unión Sindical Obrera (USO). 

En el colectivo de menos edad la clase social y la carencia material inciden sobre la percepción de su red de apoyo y pueden llevarles a verse afectados por la soledad no deseada. Quienes pertenecen a la clase alta y media-alta y quienes no sufren ningún tipo de carencia muestran en mayor porcentaje contar con personas en su entorno que se preocupan por sus problemas que el resto

Así lo pone de manifiesto el Barómetro Juventud, Salud y Bienestar 2023, elaborado por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud, que recoge la percepción de los jóvenes entre 15 y 29 años residentes en España sobre temas relacionados con su salud y con las condiciones vitales que afrontan en un contexto al que siguen refiriéndose como "difícil y complicado". Un 45% de los jóvenes encuestados dice haber experimentado sensación de soledad con cierta o mucha frecuencia.

Los costes económicos de la soledad no deseada

La prevalencia cada vez mayor de este fenómeno supone que sus costes sanitarios y productivos hayan ido a más. Para España, el Instituto Santalucía los sitúa en el entorno de los 14.141 millones de euros anuales, que es prácticamente lo mismo que los Presupuestos Generales del Estado dedicaron el año pasado a Infraestructuras y Cultura. No existen, sin embargo, datos desagregados que permitan cuantificar el impacto de este fenómeno entre los jóvenes, por un lado, y entre los ancianos, por otro. Esta cohorte, la de los mayores de 75 años, es especialmente vulnerable frente a la soledad emocional y el aislamiento social, y en su caso los costes son susceptibles de elevarse por el mayor peligro de padecer enfermedades crónicas y discapacidad.

Desde un punto de vista psicológico y social, la soledad no deseada en los mayores se traduce en una mayor prevalencia de problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, y en un deterioro del bienestar. La soledad también contribuye a la invisibilización de los mayores y al refuerzo de la visión negativa de la vejez, que se asocia a carga, dependencia y deterioro, advierte otro informe elaborado por El Observatorio Social de la Fundación La Caixa

En la vejez la soledad no buscada afecta a la salud, puede dar lugar a problemas de malnutrición, a un menor seguimiento de tratamientos para el control de enfermedades, a que se agraven los problemas de movilidad y derivar en un mayor riesgo de caídas. La falta de estimulación social que supone la soledad también puede acelerar procesos de deterioro cognitivo y demencia en algunos mayores, advierte el estudio.

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