La viña y el olivar son dos de los principales nichos de empleo del campo español. Sumando datos oficiales de las diferentes Comunidades Autónomas productoras, se estima que en la campaña de la vendimia -a punto de empezar en Castilla La Mancha, mayor productora de vino de España- y del aceite y la aceituna de mesa, se emplean cada temporada unos 600.000 trabajadores, que se reparten más 25 millones de jornales. Pero este año, la sequía extrema y las altas temperaturas propiciarán una cosecha que puede ser entre un 30% y un 40% menor en el caso del olivar y también más reducida, aún en una cantidad por determinar, en el caso de la vid. Y ello, lógicamente, puede redundar en un ‘hachazo’ al empleo agrario en estos meses que restan para el fin de 2022.
Pedro es el ‘jefe’ de una cuadrilla que una docena de hombres, provenientes de Andalucía, que todos los años ‘echa’ unas cuantas peonadas en la vendimia de Castilla La Mancha y posteriormente va a la aceituna a Sevilla y a Jaén. “Ya nos han dicho nuestros contratadores en la zona de Valdepeñas que este año necesitan menos hombres o, en su defecto, si vamos los mismos al tajo habrá menos jornales a repartir en la vendimia en Castilla La Mancha. Y mucho nos tememos que lo mismo suceda en la campaña de la aceituna de mesa, que comienza tras la vendimia, y luego en la de la aceituna para almazara en Jaén, que es donde nosotros vamos tradicionalmente a trabajar. En fin, que estamos preocupados porque estas tres campañas son el 80% de nuestro sustento de todo el año y ya vemos que va a ser difícil la presente campaña”, cuenta este temporero sevillano.
A modo de ejemplo, en Castilla la Mancha se produce casi el 60% del vino español con más de 28 millones de hectolitros. En su conjunto, en toda la región, en un año normal, se requieren unos 25.000 trabajadores que ‘echan’ unos 600.000 jornales en la vendimia y, además, en las bodegas hay habitualmente alrededor de 2.500 trabajadores eventuales en el conjunto de la región en otro tipo de labores. Este año, siendo benevolentes, la directora general de Alimentación de Castilla-La Mancha, Elena Escobar, auguraba una vendimia “media”, pero que en ningún caso alcanzará los 28 millones de hectolitros del año pasado. Y ello, lógicamente redundará en el empleo.
El responsable del sector vitivinícola de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Joaquín Vizcaíno, señala que podría haberse obtenido esa cosecha media de la que habla Escobar, pero ya no será así porque las recientes olas de calor “están siendo devastadoras” y en algunas zonas la flor de las cepas se ha quemado, sobre todo en los tintos. “No va a haber la cosecha que debía haber y si seguimos así en lo que queda del verano uno puede equivocarse al dar previsiones, pero no llegará a haber una cosecha como la del año pasado, ni mucho menos”.
Pero, más allá de la vendimia, el olivar es el verdadero nicho de empleo del campo español, sobre todo del andaluz. La Consejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo, que esta semana ha pedido la convocatoria ‘urgente’ de la Mesa Nacional de la Sequía, siempre ha reconocido que “el olivar es fundamental para Andalucía”, ya que en esta región se concentra el 80% de la producción total. “De él viven alrededor de 300 pueblos de la región y es ejemplo y eje vertebrador de la economía de Andalucía”. Sin ir más lejos, según datos de la propia Junta, la campaña 2021-2022 del olivar ha proporcionado más de 19 millones de jornales.
Pero, este año las previsiones de cosecha no son nada halagüeñas. El próximo verdeo de la aceituna de mesa se iniciará a partir de septiembre y la vecería del olivar (un fenómeno que consiste en que tras un año de abundante cosecha de aceituna se sucede otro en el que la cosecha es pequeña), sumado a la sequía y la subida del termómetro, con hasta tres olas de calor donde se han superado temperaturas de 40º, han afectado a la carga del olivo, por lo que se prevé “una producción entorno al 45-50% menor a la campaña anterior”, según ASAJA Sevilla, provincia que es la primer productora nacional de aceituna de mesa.
La situación en el olivar de aceituna de almazara, para producir aceite, es similar. Las organizaciones agrarias, ASAJA, UPA, COAG, ya estiman una producción de aceite de oliva en toda España de alrededor de un millón de toneladas, muy por debajo de los 1,49 millones de toneladas prensadas en la cosecha 2021/22.
Ya a finales de julio, la Diputación de Jaén, principal mancha olivarera del mundo, aprobó un plan de empleo extraordinario, dotado con diez millones de euros para paliar la reducción de jornales que se estima que habrá en la próxima campaña de aceituna y estemórgano, donde están representados los 97 ayuntamientos de la provincia, aprobó también solicitar al Gobierno central la reducción de peonadas necesarias para acceder al subsidio del PER (Plan de Empleo Rural) -que ya se redujo de 35 a 20 peonadas en marzo pasado de manera excepcional- y a la Junta un plan de empleo para la provincia de Jaén. El presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes (PSOE), explica que al equipo de gobierno de la Diputación le "preocupa la situación que puede vivir el olivar vistas las precipitaciones, la floración y cómo se encuentra el árbol en la provincia de Jaén. Estamos todos pendientes de que la Junta de Andalucía, cuando llegue finales de septiembre, nos pueda dar el aforo, pero lo que nos dicen las organizaciones agrarias, los agricultores en general y los alcaldes es que la producción va a ser muy reducida y pensando en la reducción importante de jornales que se va a producir con motivo de la corta cosecha de aceituna que se prevé ponemos en vigencia un Plan de Empleo Extraordinario dotado con 10 millones de euros”.
Así, termina Reyes, "en un momento de especial dificultad como éste hay que hacer un mayor esfuerzo por parte de todas las administraciones, de ahí que también vayamos a exigir al Gobierno de España y la Junta de Andalucía que sean cómplices en esta situación difícil que estamos viviendo y que también pongan recursos extraordinarios, igual que estamos haciendo desde la Diputación". SOS empleo agrario. La situación del campo supondrá un ‘hachazo’ al empleo agrario y, por ende, un agujero a las cuentas públicas y de la Seguridad Social.
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