Temporada de los frutos rojos

La fresa, un 'botín' de mil millones en manos de 14.000 mujeres marroquíes

Cada año se produce entre el país vecino y Huelva, provincia responsable del 95% de la producción, el mayor movimiento migratorio legal y laboral a través de un plan sociolaboral pionero y único en el mundo.

Miles de mujeres procedentes de Marruecos trabajan en la campaña de la fresa en Huelva.
Miles de mujeres procedentes de Marruecos trabajan en la campaña de la fresa en Huelva.
Prelsi

Estamos en plena campaña de la fresa en Huelva. Provincia que acoge el 95% del cultivo de frutos rojos (fresas, frambuesas, arándanos y moras) en España. 12.000 hectáreas cultivadas para una cosecha que genera cada año 1.100 millones de euros en ventas, la mayoría dedicadas a la exportación, y que recogen cada año cerca de 90.000 temporeros y temporeras de medio mundo, también españoles, y que generan, sobre todo en lo referente a Marruecos, el mayor movimiento migratorio de mujeres, legal, laboral y social, que se produce cada año entre España y el reino alauí. 

Un movimiento migratorio organizado y de ida y vuelta por el que 14.000 mujeres marroquíes trabajan hasta seis meses en España hasta donde no tienen que llegar saltando la valla de Ceuta o Melilla ni jugándose la vida cruzando en una patera desvencijada en las peligrosas aguas del Estrecho.

Este jueves estaba prevista la llegada al puerto de Algeciras de un nuevo ferry con cerca de 700 temporeras marroquíes desde el puerto de Tánger, pero el mal tiempo hacía inviable la navegación en el Estrecho y el ‘desembarco’ quedó pospuesto hasta este viernes. Aun así, este mes de marzo se completará la tercera parte de esta contratación en origen hasta alcanzar, desde el mes de diciembre, el número total de alrededor de 14.000 trabajadoras de la fresa provenientes del país vecino, el 20% del total de trabajadores de la campaña de la fresa

Y en un sector que a veces es noticia por causas menos buenas -incendios de asentamientos ilegales de temporeros, denuncias de abusos y explotación de trabajadores y trabajadoras...- es de destacar que, desde hace tres años, este movimiento migratorio se haga a través de una iniciativa, el PRELSI (Plan de Responsabilidad Ética, Laboral y Social de Interfresa), única en el mundo, según su director, Borja Ferrero, y bajo el paraguas del plan especial GECCO.

Un plan, el PRELSI, asumido por las propias asociaciones integradas en Interfresa (Asaja, Freshuelva, UPA, Fed Coop Andalucía, ACPH Citricultores, Fresón de Palos...), que en tan sólo tres años ha conseguido numerosos avances en lo relativo a integración y la paz social y laboral entre empresarios y trabajadoras con contrato en origen procedentes de Marruecos y que incluso este año se ha ‘universalizado’ y que acoge ya a cerca de 40.000 trabajadores y trabajadoras provenientes de países del este, principalmente Bulgaria y Rumanía, y del África subsahariana, pero, sobre todo, de Marruecos. Un plan con un coste anual de unos 300.000 euros, y cuyo convenio acaba de ser renovado por dos años más entre la patronal Interfresa y la Junta de Andalucía. 

Su "principal prueba de fuego" tuvo lugar con la repatriación el pasado año, en pleno confinamiento por la pandemia de la SARS CoV-2, de 7.000 temporeras que habían quedado atrapadas en Huelva debido al cierre de fronteras de Marruecos. Según el plan establecido, las trabajadoras son contratadas en origen y muchas de ellas repiten de años anteriores. Con su contrato de trabajo y el consiguiente permiso de residencia válido durante la duración de dicho contrato, se embarcan hasta el puerto algecireño, donde deben presentar, además de todos sus papeles en regla, un PCR negativo, tras lo que son recogidas en autobuses para trasladarlas a las cooperativas y fincas freseras de la provincia de Huelva.

Hasta Algeciras se desplazan consultores del PRELSI (hay contratados una veintena de ellos de diferentes países) para colaborar con el operativo de recepción de este contingente de temporeras marroquíes y hacer estos trámites lo más ágiles y cómodos posibles para las trabajadoras. Al llegar el ferry, los consultores de integración acceden al barco, en el que solo viajan las trabajadoras, para evitar riesgos sanitarios, les informan detalladamente del procedimiento que se va a seguir para su entrada en España y se organizan grupos para que la recogida de equipajes y el desembarco sea lo más cómodo y ágil posible. Y de allí, en autobuses a Huelva a las distintas fincas agrarias.

Según explican desde Interfresa, todas las trabajadoras que llegan desde Marruecos lo hacen con sus contratos legales según el convenio estipulado: para un peón recolector, de 47,59 euros brutos por jornada de seis horas y media y seis días a la semana, y en las explotaciones el agricultor debe de proporcionarles también el alojamiento. Según aseguran desde UPA Huelva, "esta es la realidad imperante en el sector porque de todo lo que se nos acusa, marginalidad, ilegalidad, asentamientos chabolistas, abusos con los trabajadores... que haberlos haylos y también es una realidad que nos preocupa, es algo mínimo y que no define, de ninguna manera, a nuestro sector". 

"Yo veo nóminas", cuenta Borja Ferrero, "desde mil y poco al mes hasta nóminas de 1.500, 1.600 euros, con sus horas extras, etc, a lo que hay que añadirle que tienen la vivienda gratis". Una vez en las diferentes fincas, la veintena de consultores prestan asesoramiento y ayuda a las trabajadoras, "24 horas, siete días a la semana". Así, "se visitan a las temporeras de las fincas, como norma, una vez por semana" y en caso de que alguna tenga un problema, o de que surja cualquier imprevisto, "cuando haga falta" para, "acompañarlas al centro de salud para que vayan al médico, ayudarlas a sacarse la tarjeta sanitaria, acompañarlas a los bancos y asesorarlas para que abran una cuenta o en cualquier otra gestión". Porque "hay que tener en cuenta de que estas personas vienen solas, de un país con una cultura muy diferente a la nuestra, tienen otro idioma y muchas veces no conocen bien el nuestro...". 

Borja Ferrero reconoce que "lógicamente hay a veces problemas y conflictos, pero en general, el programa está funcionando muy bien y la satisfacción es alta, tanto entre los agricultores como entre las trabajadoras". Milouda, 32 años, ya ha venido varios años a trabajar en la campaña de la fresa en España, y asegura que "en Marruecos no hay trabajo y en el que hay se paga mucho menos que en España. Aquí, aunque el trabajo es duro, estamos mejor pagadas y así, con este dinero, puedo mantener a mi familia en Marruecos", con tres hijos y un esposo sin empleo. Milouda asegura "estar feliz con el trabajo y la ayuda de los consultores, que son como mi familia en España".

Rachida tiene 42 años y proviene de Kenitra, muy cerca de Rabat. Explica que tiene cuatro hijos y su marido "está enfermo", con lo que ella mantiene a su familia con lo que gana durante la temporada de la fresa en Huelva. Al igual que Milouda, Rachida cuenta que está "contenta" en Huelva y habla del apoyo mutuo que se dan durante su estancia en Huelva con sus compatriotas que conviven con ella en la finca, a la vez que también considera a los consultores y consultoras del PRELSI como "mi familia en España". 

Así es el PRELSI, un programa "único en Europa", y cuyo objetivo es "tener una herramienta de auto mejora donde conseguir el mayor grado de satisfacción de todos los agentes productivos del sector (jornaleros, agricultores, empresas, asociaciones…) y contribuir a un escenario de cooperación con los máximos niveles de respeto, ética laboral y compromiso social entre los gobiernos de España y Marruecos" y que incluso los agricultores onubenses ‘exportan’, ya que están ahora mismo asesorando al gobierno italiano para implantarlo en las campaña agrícolas del sur de Italia.

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