Los campesinos todavía no terminaron de evaluar los daños que causó la tormenta que el 26 de diciembre volcó una pesada carga de nieve en el norte de Texas.
"Todavía están intentando despejar el terreno, pero por lo menos paró de nevar," declaró a la AFP Kirsten Voinis, portavoz de la Asociación de Productores de Leche de Texas.
Los ganaderos de Texas normalmente dejan pastar a su ganado en las praderas en vez de encerrarlo en establos. La tormenta llegó con tal rapidez que no alcanzaron a entrar el ganado a tiempo.
La asociación de ganaderos estima que la tormenta mató a 10% de las vacas lecheras adultas en la región. Todavía no ha estimado cuantos terneros y novillos murieron.
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