Toyoda se apunta un diez con su "gira de disculpas", según los expertos

  • Washington.- El presidente de Toyota, Akio Toyoda, se apuntó un diez con su "gira de disculpas" ante el Congreso y la opinión pública de EE.UU., su empresa sobrevivirá y será lección para otros fabricantes, aseguraron hoy expertos consultados por Efe.

Toyoda se apunta un diez con su "gira de disculpas", según los expertos
Toyoda se apunta un diez con su "gira de disculpas", según los expertos

Washington.- El presidente de Toyota, Akio Toyoda, se apuntó un diez con su "gira de disculpas" ante el Congreso y la opinión pública de EE.UU., su empresa sobrevivirá y será lección para otros fabricantes, aseguraron hoy expertos consultados por Efe.

Toyoda viajó desde Japón hasta el Capitolio, donde el miércoles se sometió a las preguntas de congresistas que investigan el origen de los problemas de aceleración que ocasionaron la llamada a revisión de 8,5 millones de vehículos.

Alrededor de 23 millones de vehículos Toyota circulan en las carreteras de EE.UU. que, de hecho, es el principal mercado de la multinacional japonesa.

Pero el mayor fabricante de automóviles en el mundo lucha por recuperar su imagen, fuertemente afectada por la llamada a revisión de 8,5 millones de vehículos, en lo que se ha calificado como su peor crisis en sus 70 años de historia.

La crisis de confianza es innegable: una caída promedio del 23 por ciento en las ventas de automóviles, según la empresa Autometrics Pulse, y un costo de unos 2.000 millones de dólares por la llamada a revisión.

El escándalo ha provocado una sensación mediática: según Factiva de Dow Jones, sólo hoy se han publicado 1.342 artículos sobre Toyoda, sin incluir las decenas de miles más sobre la empresa.

Sin embargo, expertos consultados por Efe señalaron que Toyota no es la primera empresa automovilística que afronta una crisis, Audi la tuvo en la década de los ochenta, y sobrevivirá si acomete reformas en su cultura corporativa.

También elogiaron la "gira de disculpas" de Toyoda ante el Congreso, la familia de concesionarios Toyota en EE.UU., y la opinión pública. Ese acto de contrición no es común en la cultura japonesa.

"Bajo las circunstancias, al señor Toyoda le fue bien, mejor de lo que muchos esperaban. La barrera del inglés le afectó un poco porque el remordimiento que le exigían los legisladores es algo que no se traduce muy bien", dijo David Barlett, vicepresidente de la empresa de análisis Levick Strategic Communications.

"Toyota tiene que ser transparente en todo lo que hace y mostrar competencia para arreglar los problemas. Toyota es sinónimo de calidad para los consumidores en EE.UU. y si hace bien las cosas, no tendrá problemas", vaticinó el experto.

Ulrike Schaede, analista de negocios japoneses en la Universidad de California en San Diego, dijo que "Toyota tiene que combatir la percepción negativa, pero lo hará porque la gente es fiel a productos buenos".

"Toma toda una vida construir una reputación y cinco minutos para destruirla. En el caso de Toyota, si hace lo que debe y no hay más problemas, creo que podrá recuperarse en al menos seis meses", señaló.

Las 14 horas de audiencias entre el martes y el miércoles sobre la lenta respuesta de Toyota, no arrojaron información nueva sobre los problemas de aceleración en ciertos modelos.

Aún así, tanto Toyoda como los legisladores tuvieron misión cumplida: el empresario ofreció su mea culpa al mundo y los congresistas obtuvieron titulares fáciles con sus diatribas.

Los rivales de Toyota, agregaron los expertos, no debían frotarse las manos porque la industria automotriz, en general, siempre está sujeta a posibles problemas de producción.

Según datos de la Administración Nacional para la Seguridad en las Carreteras (NHTSA), el 64 por ciento de las llamadas a revisión de automóviles entre 2001 y 2010 fueron de empresas estadounidenses, y Ford encabezó la lista con el 32 por ciento.

En ese período, Toyota conformó el once por ciento del total, mientras que Nissan tuvo el seis por ciento y Honda tuvo el cinco ciento.

La NHTSA está en la mira de los legisladores por su respuesta inicial a la crisis, pero el secretario de Transporte de EE.UU., Ray LaHood, cuyo departamento incluye a esa agencia reguladora, ha prometido una "revisión exhaustiva" de Toyota, en particular si fallos electrónicos contribuyeron a los problemas de aceleración.

En 2008, los "Tres Grandes de Detroit" (GM, Ford, y Chrysler), beneficiados por un rescate multimillonario de los contribuyentes, también estuvieron en el banquillo de los acusados en el Congreso por su mala gestión.

Pero ese escándalo político no se generó por muertes, como es el caso de una treintena producida por los coches de Toyota.

Jim Press, ejecutivo de Toyota en EE.UU. hasta 2007, dijo que, a su juicio, "sólo Toyoda puede salvar a Toyota y la empresa entera tiene que respaldarlo".

Recaerá sobre el taciturno líder de Toyota, y nieto del fundador, reparar la mancillada imagen de la empresa, tras reconocer en el Congreso que el escándalo le duele particularmente porque "todo vehículo lleva mi nombre".

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