Toyota y Sony salen a flote tras las graves pérdidas por el tsunami

  • Un año después de la catástrofe del 11 de marzo, Japón lucha por reflotar sus exportaciones de la mano de multinacionales como Sony o Toyota que, tras cerrar la grieta que abrió el seísmo en su producción, buscan consolidar su competitividad pese a la persistente fortaleza del yen.

Los exportadores nipones buscan certificar su recuperación tras el tsunami
Los exportadores nipones buscan certificar su recuperación tras el tsunami
Efe

Cuando se cumple el primer aniversario del devastador terremoto, que desató la peor crisis en Japón tras la II Guerra Mundial, las acciones de muchos de los grandes exportadores nipones siguen por debajo del valor en el que se movían antes de que el desastre las hundiera a mínimos récord.

El propio índice Nikkei, el selectivo del parqué tokiota, tampoco ha vuelto todavía el nivel previo a la catástrofe, aunque se ha recuperado más de un 20 por ciento desde noviembre, cuando tocó su mínimo en casi un año.

El tsunami del 11 de marzo pasado paralizó la cadena de suministrosen Japón ydesmoronó la producción de sectores clave de su industria, como el automovilístico, uno de los emblemas de las exportaciones niponas.

Tan solo un mes después de la catástrofe la distribución de vehículos en Japón sufría un retroceso récord del 51 por ciento, aunque la cifra se equilibró en apenas seis meses, un tiempo récord en los que las empresas demostraron su capacidad para normalizar el ritmo de sus factorías.

Aún y todo, en 2011 las exportaciones japonesas de vehículos cayeron un 10,6 por ciento con respecto al año anterior.

Toyota y Sony salen a flote

El líder indiscutible del sector, Toyota Motor, perdía en este contexto su reinado como primer fabricante mundial para ceder los dos primeros puestos a General Motors y Volkswagen, con una caída de su producción del 8 por ciento en 2011, hasta los 7,58 millones de vehículos.

Pese a ello, la veloz recuperación de sus fábricas ha permitido que para 2012 el grupo de Akio Toyoda mejore sus expectativas y aspire a vender 8,48 millones de vehículos en todo el mundo, lo que supone superar su anterior récord de 8,43 millones de unidades en 2007.

Como Toyota, el resto de los fabricantes automovilísticos nipones logró recuperar su producción con relativa rapidez antes de afrontar un nuevo golpe en otoño, cuando las graves inundaciones en Tailandia afectaron a numerosas fábricas japonesas en ese país y causaron nuevos cortes en la cadena de suministros.

El caso del fabricante de electrónica Sony, otra de las insignias exportadoras de Japón, ilustra a su vez los retos que ha tenido que afrontar el tejido empresarial del archipiélago en el último año, uno de los más duros para el fabricante de la nueva PlayStation Vita.

Solo entre abril y junio, el trimestre posterior al tsunami, Sony tuvo una pérdida neta de unos 15.500 millones de yenes (142 millones de euros), frente al beneficio de 25.700 millones de yenes (236 millones de euros) del mismo periodo de 2010.

En ese trimestre tuvo que costear, entre otras cosas, unos gastos adicionales de 5.300 millones de yenes (más de 48 millones de euros) para la restauración y limpieza de instalaciones en la zona afectada por el tsunami.

Y las posteriores inundaciones en Tailandia le obligaron a retrasar dos meses su lanzamiento de la consola portátil PS Vita, su producto estrella de la temporada, mientras en el mismo sector también Toshiba, Hitachi o Panasonic se veían obligadas a paralizar temporalmente su producción.

Competitividad reducida

La difícil página abierta por el tsunami la agravó la fortaleza del yen, que a finales del año pasado se movió en niveles récord frente al euro y el dólar, lo que reduce seriamente la competitividad de los fabricantes nipones en el exterior.

Todo ello hizo que Japón cerrase su aciago 2011 con su primer déficit comercial en 31 años, de casi 25.000 millones de euros, su peor registro desde 1979.

La balanza por cuenta corriente nipona cerró enero con unos números rojos de 437.300 millones de yenes (4.091 millones de euros), en fuerte contraste con el superávit de 547.200 millones de yenes (5.119 millones de euros) registrado en el mismo mes de 2011.

Se trata del primer déficit por cuenta corriente de Japón -tradicional coloso exportador de Asia- desde 2009, cuando sufrió un retroceso de 132.700 millones de yenes (unos 1.243 millones de euros) al calor de la crisis global desatada por la bancarrota de Lehman Brothers.

El dato muestra la vulnerabilidad de la economía nipona, que este último año ha tenido que hacer frente al mazazo que supuso el terremoto y tsunami de marzo, seguido de las inundaciones en Tailandia en otoño (que afectaron a numerosos fabricantes japoneses) y el contexto de crisis global.

Impacto el tsunami

Del impacto del tsunami, que cortó la cadena de suministros, los grandes exportadores se recuperaron con relativa rapidez.

Sin embargo, la crisis nuclear desatada por la catástrofe también ha pasado una seria factura, al obligar a Japón a aumentar sus importaciones de hidrocarburos ante la paralización de 52 de los 54 reactores nucleares del país.

Las importaciones niponas crecieron un 11,2 por ciento interanual, hasta los 5,73 billones de yenes, impulsadas en buena parte por el aumento de las compras de combustibles fósiles destinado a las centrales térmicas, que han aumentado su generación ante la crisis en Fukushima.

Por su parte, las exportaciones sufrieron una pronunciada caída interanual del 8,5 por ciento, aunque el propio Ministerio de Finanzas recordó que enero es un mes en el que las ventas al exterior sufren habitualmente una ralentización ante las vacaciones de Año Nuevo.

Recuperación macroeconómica en marcha

El dato negativo de la balanza por cuenta corriente se conoció el mismo día en que el Gobierno nipón difundió una revisión al alza del PIB entre octubre y diciembre, lo que envió la señal de que, pese a todo, la situación económica es menos oscura de lo que se pensaba inicialmente.

En una rueda de prensa, el secretario parlamentario de la Oficina del Gabinete, Hiroshi Ogushi, consideró que "no hay necesidad de cambiar la evaluación de la situación actual" de la economía, que, según el Gobierno nipón, se encuentra en la senda de la recuperación.

Pese a estos datos, el país confía en asentarse en la senda de la recuperación y, una vez superado el desastre, consolidar el crecimiento de su producto interior bruto -a lo que ayudarán las labores de reconstrucción- y apuntalar sus exportaciones vigilando de cerca los movimientos del yen.Según el Banco de Japón, para el año fiscal 2011, que concluye en marzo, la economía nipona se contraerá un 0,4 por ciento, reflejo de las dificultades de los últimos meses, antes de recuperarse e incrementarse un 2 por ciento en 2012.

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